Hoy, la parte de la sociedad que no está de acuerdo con la cuarentena prolongada, la caprichosa reforma judicial y el uso político de la pandemia para favorecer a los amigos del poder, entre otras cosas, tiene la oportunidad de enviar un mensaje contundente al gobierno y al presidente. Un mensaje que a la vez pueda funcionar como un límite a cierto abuso de poder.
Pero la mejor manera de hacerlo es en forma pacífica, y sin responder a las provocaciones a las que seguramente se verán expuestos, con barbijo y distancia
social. Algunos de los organizadores difundieron un breve e ingenioso manual de instrucciones para evitar hechos de violencia que pudieran empañar la protesta en el Obelisco y en decenas de plazas de todo el país. Pero hay una sugerencia que me llamó la atención: la que pide no responder con insultos ni violencia, ni siquiera verbal, a los periodistas de C5N y Crónica. Contestar con monosílabos como si, no, no sé, y sin perder la calma, para evitar lo que se supone que van a buscar: un insulto o una trompada. Es evidente que una parte de la sociedad va por delante de los dirigentes del oficialismo y la oposición.
Menos mal.
Columna de Luis Majul en CNN Radio