El periodista Luis Majul denunció al defensor de Cristina Fernández y Cristóbal López, Carlos Beraldi; el senador nacional Oscar Parrilli; el diputado nacional Rodolfo Tailhade, el abogado de Pablo y Hugo Moyano, Daniel Llermanos y el periodista de C5N, Tomás Méndez, como presuntos integrantes de una asociación ilícita, dedicada al armado de causas judiciales, con el objeto de perseguir y coaccionar a sus víctimas.
Los acusó de intentar meterlo preso, atribuyéndole presuntos delitos que no cometió.
También de endilgarle la identidad y el apelativo de un tal Pirincho, a quienes ellos presentan como un espía inorgánico que trabaja en América TV.
Majul presentó su denuncia en los tribunales de Comodoro Py.
Al mismo tiempo, mostró un informe especial con los detalles del “desarmado de la Operación Pirincho” en La Cornisa, el programa que conduce por La Nacion + todos los domingos a las 20 horas.
En el informe, Camilo Cagnacci, un periodista del sitio PeriodismoyPunto reveló como probó que Majul no era “Pirincho”, a pesar de las insistentes acusaciones de Beraldi, Parrilli, Tailhade, LLermanos, Méndez y otros periodistas.
Majul denunció también, dentro de la organización criminal, el armado premeditado de operaciones de periodistas y medios para hacer instalar informaciones falsas, calumnias e injurias sobre él y su actividad profesional.
“Se trata de una red de operaciones ilegales vinculadas con la actividad de abogados, periodistas, legisladores de la nación y miembros de las fuerzas de inteligencia; organización que tiene a su disposición recursos que fueron posibilitados por relaciones estratégicas entabladas con integrantes del Estado”, describió.
Majul fue presentado, “de manera premeditada, con insistencia y hasta en el marco de programas especiales” como un espía que recibía y suministraba información a agentes de inteligencia.
Lo mencionaron con el alias de “Pirincho”.
Todos los denunciados por Majul lo hicieron de una y otra manera.
A pesar de que fue desmentido una y otra vez por el conductor de La Cornisa, todos continuaron amplificando la falsa información.
Según el chat de uno de los espías de la AFI que comandaban Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, Leandro Araque, “Pirincho” mantenía contacto con él.
Desde el primer día que el juez de Lomas de Zamora, Federico Villena, le presentó a Cristina Fernández el material y la invitó a convertirse en querellante, su abogado, Beraldi, Tailhade, Parrilli, Lermanos y Méndez afirmaron que Pirincho era Majul.
Sin embargo, la semana pasada, un periodista del sitio PeriodismoyPunto, Camilo Cagnacci, descubrió que se trataba de otro periodista de América TV, alguien que trabajaba como productor y se encargaba de vez en cuando de presentar información desde los móviles.
Majul no divulgó el nombre ni el apellido del colega “para evitar que estos tipos lo persigan, lo ataquen o le hagan cualquier cosa”.
De hecho, ni bien se conoció su nombre, el verdadero “Pirincho” dio de baja el número de teléfono con el que se comunicaba con Araque.
Al presentar los hechos, Majul pidió a la justicia penal que investigue la existencia de una organización criminal que utilizaría el espionaje con fines ilegales.
“No solamente obtenían información de manera ilegal. También producían información falsa con el objetivo de armar causas judiciales, coaccionar a personas, y utilizar operaciones mediáticas con el fin de injuriar y calumniar a las víctimas e influir en la opinión pública”, denunció el periodista.
Majul los acusó de violar el artículo 4 de la ley de inteligencia, que prohíbe las actividades de inteligencia que buscan influir en la opinión pública a través de los medios de prensa. El mismo artículo protege la actividad de los periodistas y el derecho de recibir información veraz por parte de la ciudadanía.
“La estrategia utilizada: crear la ilusión de un severo riesgo de pérdida de la libertad de la víctima a quien quería coaccionar. Construir una situación de amenaza real o ficticia, basada en la existencia de supuestas pruebas o causas judiciales en las que las víctimas estarían involucradas y que en forma inminente serían detenidos”
“Se habría recurrido a la amenaza y a la difusión pública de información falsa para injuriar y calumniar a la víctima y lograr que esta actuara contra su voluntad” continuó.
Majul detalló: “un medio replicaba la noticia del hecho que desató los temores, por ejemplo, confirmando la posibilidad o la inminencia de la pérdida de mi libertad”.
En su relato de los hechos, Majul describió la extraña manera en la que se inició, en febrero, la causa por supuesto espionaje ilegal, que empezó a tramitar Villena.
Que en vez de mandarla a sorteo, como desprendimiento que era de otra causa que tramitaba, se la quedó el propio juez.
Que obtuvo primero el celular del ex espía Facundo Melo y después el teléfono del ex espía, Leandro Araque, y que en base a los chats de ambos armó la causa de espionaje ilegal.
Que primero los abrió y recién después los mandó a peritar.
Que el 8 de junio de lo mostró el resultado de lo hallado en los teléfonos a la vicepresidenta Cristina Fernández, quien publicó dos videos para darle relevancia a la causa.
Y que a partir de ese momento Beraldi, Tailhade, Llermanos repitieron la mentira de que Majul era el Pirincho de los chats.
“Lo llamativo es que los espías que realizaban tareas de espionaje ilegal en perjucio de Moyano eran amigos y socios de su abogado, Daniel Llermanos”, escribió Majul, y ofreció las pruebas, contenidas en otro expediente judicial.
Entre las pruebas hay repetidos contactos entre Llermanos, Melo y Araque desde mucho antes de la apertura de la causa de presunto espionaje ilegal.
El 20 de junio Villena citó a Pablo Moyano e hizo lo mismo que con Cristina Fernández. Le mostró las “supuestas pruebas” y lo invitó a presentarse como querellante.
El 29 de junio Villlena dispuso 22 detenciones.
El mismo día Parrilli acusó a Majul de ser un espía ilegal. Lo mismo hizo con Jorge Lanata y Nicolás Wiñazki.
Ese mismo día militantes kirchneristas instalaron el hashtag “MajulPreso".
Majul escribió que al día siguiente, su colega Romina Menguel “se subió a la operación”.
El periodista afirmó que el primero de julio “fuentes cercanas al juzgado de Villena hicieron correr el rumor de mi detención”.
Recordó que al otro día colegas como Marcelo Loongobardi, Jorge Lanata y Diego Leuco alertaron “sobre el intento de meterme preso”.
Y que el viernes 3 de julio la Cámara de Apelaciones en los criminal y correccional de la Plata apartó al juez Villena.
link a la denuncia presentada:
https://luismajul.com/docs/202008/denuncia-majul.pdf