Argentina parece en estado de anomia. Anomia significa desorganización social como consecuencia de la falta de las normas sociales o el incumplimiento de ellas. Por ejemplo: a las tomas, el gobierno ¿las alienta o las condena y las castiga? Y en todo caso: ¿qué parte del gobierno hace qué? ¿Acaso Juan Grabois, que las justifica y las alienta, no es parte del oficialismo?
La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, las justifica, pero dice que es un problema de hábitat, no de seguridad. El gobernador Axel Kicillof afirma lo mismo. Y comenta: “El Estado debería hacerse cargo”. De paso, vuelve a tirar agua para su molino, cuando sugiere que el déficit habitacional, en la provincia, es exclusiva responsabilidad de Cambiemos. Y por detrás, o por delante, lo mismo da, aparece su ministro de Seguridad, Sergio Berni, amenazando con meter preso al primer ocupa que vea.
Pero lo que pasa con las tomas se puede extender al Parlamento. Porque ahora Sergio Massa desconoce un acuerdo de consenso al que se había llegado con la oposición, y quiere seguir sesionando de manera virtual, aún sobre temas tan controvertidos como la reforma judicial o el ajuste en los haberes jubilatorios que se vienen. Y dirigentes con graves causas encima y prepotencia única pasan por encima de la ley con una naturalidad pasmosa. Una es la propia vicepresidenta, quien dictaminó, como si fuera un juez, que no pagará ganancias sobre su pensión graciable como viuda del ex presidente Néstor Kirchner.
El otro es Pablo Moyano, quien resolvió no presentarse a indagatoria mañana, aunque se lo acaba de ordenar el titular de la Unidad de Coordinación para el crimen organizado, Sebastián Scalera. Quizá su desorientado abogado, Daniel Llermanos, crea que vale más una foto con el presidente en la quinta de Olivos después de comer un asado que la orden de un fiscal para ampliar su declaración indagatoria. Un último dato: Pablo Moyano no está acusado de cruzar la calle caminando con un semáforo amarillo. Está imputado como jefe de una asociación ilícita formada para defraudar a Independiente, el club del que sigue siendo vicepresidente.
columna de Luis Majul en CNN Radio