El miércoles 16 de octubre del año pasado, en horas de la noche, Alberto Fernández, Eduardo Wado de Pedro y uno de los cinco miembros de la Corte Suprema de Justicia se encontraron para cenar, en el departamento de Riverside, el inmueble de Puerto Madero donde el candidato vivía en ese momento. Además de ellos tres, estaba presente la compañera del ahora presidente, Fabiola Yañez. En esa cena, Fernández, De Pedro y el integrante de la Corte hablaron, largo y tendido, sobre el asunto que hoy es rutilante y controvertido: cuál sería la mejor manera de quitar puntos de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires.
O para ponerlo en los mismos términos que usó la fuente que nos suministró la información: “Cómo esmerilar a Horacio” (Rodríguez Larreta). El dato no solo confirma que el ataque a la caja de la Ciudad se viene planeando desde hace tiempo. También prueba que el pacto entre Cristina Fernández y Alberto, que incluye, por supuesto, la búsqueda de impunidad y venganza, no se agota ahí. Al contrario: es de largo aliento y tiene como objetivo perpetuar al kirchnerismo en el poder y evitar el regreso de un gobierno no peronista. Todo lo que vienen haciendo Cristina Fernández y Alberto también apunta a eso. Este es el dato preocupante. El dato alentador es que la diferencia de votos entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio revela que, aunque cuenten con el dinero y la falta de escrúpulos para lograrlo, los deseos de la vice y el jefe de Estado tienen un límite. Y volviendo al tema que nos ocupa: ayer intenté comunicarme con el ministro del Interior y con el miembro de la Corte que estuvieron allí. Ellos saben para que los busco. Ojalá me atiendan, así podré contarte más detalles. Pero va de suyo que si se confirma que este encuentro existió, y si en efecto, como creemos, hablaron de este asunto, el magistrado se debería excusar, una vez que la Corte acepte el reclamo que el jefe de gobierno de la Ciudad anunció que presentará ante el máximo tribunal de justicia.
Columna de Luis Majul en CNN Radio