Ayer a la mañana, ante el coloquio de IDEA, el presidente Alberto Fernández prometió que nunca va a devaluar ni tomar dólares de la caja de ahorro de los bancos. Durante la noche, en Intratables, el programa de América TV, que a veces se usa para hacer operaciones a pedido de uno de sus dueños, Miriam Lewin aseguró que el NODIO no “van a ser informes contra Lanata, Diego Leuco o Baby” Etchecopar. Pero la palabra de los funcionarios de gobierno está tan devaluada desde que la nueva administración asumió, que este tipo de aclaraciones termina por generar más desconfianza todavía.

Ayer, Willy Kohan estimó que la devaluación va a terminar siendo gradual. Ya otros economistas explicaron que no es cierto que no se devaluará, porque ya se está devaluando.

Por otra parte, si desde el gobierno están tan preocupados por el comportamiento los medios, sería bueno que se ocuparan también de averiguar si es cierto que el dueño de América, Daniel Vila, intentó, parece que sin éxito, evitar que se grabara y se pusiera al aire la entrevista de Jonatan Viale al expresidente Mauricio Macri, la semana que viene. Porque eso sí que es grave de verdad. Cuando decidí interrumpir mi vínculo con el grupo, después de veinte años, denuncié maltrato. Maltrato profesional y maltrato personal. Incluía, por supuesto, la pretensión de doblegarme. De hacerme callar la boca. No pudieron. Todos los que trabajan en América y tienen contacto directo con sus accionistas lo saben. Además, el presidente fue informado al detalle sobre lo que estaba pasando. Fue antes de la pandemia. Pero ya se notaba que Alberto gobernaba bajo una fuerte presión de Cristina Fernández y los chicos grandes de La Cámpora. ¿Hasta dónde se puede y se debe creer en la palabra de un jefe de Estado condicionado por la mirada de una jefa política que desprecia al periodismo que la critica? Después de mi salida América y de mi ingreso a La Nación, un grupo de personas que responde a la vicepresidenta intentaron sin éxito meterme preso con acusaciones falsas y delirantes. Tienen razón los intelectuales que están viendo un poco más allá: el populismo sin plata puede derivar en autoritarismo, persecución, censura y situaciones todavía más graves. Ojalá nunca pase.

Columna de Luis Majul en CNN Radio