Lo que está sucediendo en Argentina, mientras se esperan con mucha ansiedad los resultados de la elección de hoy en los Estados Unidos, es apasionante. La carta de CFK ha producido el milagro. Es como si le hubiese dado al presidente Alberto Fernández permiso para empezar a gobernar como él quiere. Y ahora la administración, con su ministro de Economía, Martín Guzmán, a la cabeza, se está “derechizando”.

Esto, en nuestro país, significa: está empezando a tomar (algunas) decisiones racionales, por lo menos en materia de política cambiaria. Y también envía señales de racionalidad a Los Dueños de la Argentina, como lo prueba su reunión con los empresarios de Asociación Empresaria Argentina (AEA).

¿Qué señales? Menos emisión y baja del gasto público, aunque todavía no explicó cómo lo hará. Porque Cristina, como líder, es más parecida a Donald Trump que a Joe Biden. Divide. Rompe. Hace daño. Además, igual que el presidente de los Estados Unidos, es la que generó y genera más tensión, enfrentamientos y situaciones delirantes que cualquier otro presidente en nuestro país, incluido Néstor Kirchner. ¿Y Joe Biden? ¿Qué vendría a representar? Posiblemente lo sabremos pronto, en el caso de que gane y siempre que Trump reconozca su derrota, cuestión que todavía está por verse. La duda sobre el carácter de Biden es parecida a la que empezó a aparecer sobre Alberto Fernández ni bien asumió. ¿Podrá imponer su criterio? ¿Tendrá el coraje político y la base de sustentación para hacerlo? Los amigos del presidente argentino le están diciendo: “Cristina se bajó del barco y te dejó las manos libres. ¿Cuándo vas a empezar a gobernar con verdadera autonomía?”. Cuanto antes tome la decisión, mejor le va a ir al país.

Columna de Luis Majul en CNN Radio