La inflación de noviembre superaría el 3 por ciento. La de diciembre y enero también. La inflación de la Argentina es una de las más altas de Latinoamérica y también del mundo.
Las únicas naciones que nos superan son, la dictadura de Venezuela, que atraviesa una hiperinflación que llegaría al 6.500 por ciento durante 2020, seguida por Zimbabwue, con 495 por ciento, Sudán con casi el 199 por ciento, el Líbano con 144.5 por ciento, Surinam, con casi el 105 por ciento, Yemen, con el 45.4 por ciento, e Irán con el 35 por ciento. El FMI lleva las estadísticas de la evolución de los precios en de 189 países. De ese total, solo 17 registran una inflación de más del 10 por ciento por año. Este año, el Fondo espera una inflación del 2.9 por ciento para Chile, 2.7 por ciento para Brasil, 2.4 en Colombia y, 1.4 en Perú. Uruguay terminaría con 10 por ciento. Y Ecuador con cero.
La sorpresiva suba de la nafta, el aumento pautado del 10 por ciento en las prepagas y el que se espera en alimentos, en especial la carne, que treparía hasta el 20 por ciento, podrían hacer que la inflación de noviembre superara holgadamente el 3 por ciento. Con el dólar blue a 160, los salarios atrasados y el aumento de la pobreza y la desocupación mientras se siguen acumulando los contagios y los muertos de la pandemia, el presidente y su vice deberían dejar de jugar al gato y al ratón, porque la cosa ya no da para más.