Dos noticias inquietantes. Una: a los jubilados no les descontarán en marzo el aumento del 5 por ciento que le darán en diciembre. Y dos: la decisión se tomó ayer, en un abrir y cerrar de ojos, después de que la vicepresidenta diera la orden de que fuera así. Para los jubilados, es una buena noticia. Para las señales que esperan los inversores sobre un gobierno previsible, no. Como escribió Ignacio Miri, hoy en Clarín, Cristina dio vuelta, en una mañana, la medida más analizada en toda la gestión.
El presidente había creado una comisión que trabajó durante casi un año para presentar una nueva fórmula de actualización jubilatoria. Fue la que se terminó de presentar en el Congreso. Sin embargo, los senadores que responden a la vicepresidenta, ayer, dieron vuelta todo. Es verdad: se habían quejado, por el descuento proyectado, incluso dirigentes del propio oficialismo, desde Claudio Lozano hasta Mirta Tundis. El problema, ahora, lo tendrán Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, con el Fondo Monetario. Ellos confiaban en que la fórmula de ajuste a los jubilados, que hubiese implicado un ahorro de muchos miles de millones de pesos, fuera la gran llave para cerrar el acuerdo con el organismo internacional. Ahora se la tendrán que arreglar para presentar el nuevo escenario como un hecho virtuoso. Los funcionarios del FMI que visitaron la Argentina se habían ido con la duda de quien mandaba de verdad. Ahora, quizá lo tengan un poco más claro.
Columna de Luis Majul en CNN Radio