Lo juro: todavía no alcanzo a comprender qué va a pasar con las vacunas y con los estragos del Covid-19 en Argentina. ¿A quién hay que creerle, al ministro Ginés González García, quien el martes explicó que la vacuna rusa no llegaría a tiempo porque había problemas con los aviones, o al Presidente, quien acaba de decir que estarán aquí la semana que viene, el miércoles 23 de diciembre, y se les aplicará a las primeras 300 mil personas, porque tienen 600 mil dosis listas para hacerlo de inmediato?
No vamos a poner ahora cada uno de los videos que con las contradicciones de González García y de Alberto Fernández sobre el coronavirus y las vacunas. Nos alcanzaría un programa entero para recordarlos a todos.
Sí permítanme el beneficio de la duda. Ya tenemos 41 mil fallecidos y estamos camino a los 45 mil, en menos de un mes. ¿Te acordás cuando las principales funcionarios del Gobierno decían "menos mal que no ganó Macri, porque si no ya habríamos llegado a los 10 mil muertos?"
Pero el ministro, el martes aseguró que la Sputnik V no aterrizaría en el tiempo prometido porque "tenemos algunos problemas con los aviones". A este ritmo, ¿cómo llegaríamos a la aplicación de más de 10 millones de dosis entre enero y febrero como anunció, en su momento, anunció el jefe de Estado? La única verdad es la realidad.
Chile va a tener la vacuna de Pfizer y nosotros no. Y muchos de nosotros pensamos que sería así, porque la Argentina puso 6 mil voluntarios para probarlas. Y las fuentes oficiales nos explicaron que, por eso, nos pondrían primeros en la cola.
Para colmo, las excusas que dio el ministro para justificar el no acuerdo con Pfizer son, por lo menos, tragicómicas. Porque el laboratorio puso a la Argentina las mismas condiciones que a México. ¡Y México va a recibir 125 mil dosis en seis días!
En agosto nomás, Ginés había dicho: "Vamos a tener la vacuna antes de tiempo, como en el primer mundo, y a un precio infinitamente menor". ¿Nos estará tomando el pelo? ¿O será pura improvisación?
Ya el 23 de enero había afirmado: "No hay ninguna posibilidad de que el coronavirus llegue a la Argentina". Y un poco después la terminó de embarrar, cuando afirmó: "Me preocupa más el dengue que el coronavirus". El 3 de marzo nos volvió a dejar estupefactos, al confesar: "Uy, me sorprendió el virus. Yo no creía que iba a llegar tan rápido". Se mostró sorprendido, pero nunca paró de vaticinar cosas que no pasaron.
En julio pronosticó que la curva iba a bajar abruptamente. Más o menos por la misma fecha interpretó que cualquier gripe era peor que el Covid. Tardó en usar barbijo. También en recomendarlo. Dicen que el Presidente no le va a pedir la renuncia mientras la hipótesis de su dimisión se mantenga en los medios de comunicación.
Mientras tanto, en Villa Mascardi, los falsos mapuches siguen tomando tierras, y el gobierno nacional explica que no los va a desalojar si no llega una orden explícita de un fiscal o de un juez.
A esta hora, el Parque Nacional Los Alarces continúa tomado. Su último guardaparques fue invitado a renunciar porque no quiso denunciar a los intrusos.
Al mismo tiempo, hoy mismo los falsos mapuches enfrentaron a la policía y siguieron provocando destrozos. ¿En serio quieren que pensemos que el Estado es neutral o más bien parece de acuerdo con las tomas, porque les resulta más cómodo ideológicamente? Quizá, habría que preguntarse también si en este tipo de asuntos son buenos, progres o sencillamente unos improvisados.
Lo que sí parece claro es que algunos funcionarios y exfuncionarios siguen pendientes de una agenda que solo contempla sus intereses particulares.
Hoy se conoció el dato de que la economía cayó un 10.2 por ciento con respecto al mismo trimestre del año pasado y que acumula una baja de casi el 12 por ciento, pero al secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla, parece importarle poco y nada. Está más preocupado en evitar que las causas de corrupción contra Cristina Fernández sigan avanzando.
Y en vez de ocuparse de explicar si se enriqueció o no de manera ilícita, según una denuncia que ingresó a Comodoro Py los últimos días, se preocupa por subir a Twitter afirmaciones y videítos sobre el lawfare.
Como si esto fuera poco, el abogado de Julio De Vido, a falta de pruebas que demuestren su inocencia, también pidió un indulto presidencial para los condenados por corrupción.
¿Habrá que aceptar también que los abogados de Cristina y de la mayoría de los funcionarios k son unos improvisados o más bien hay que pensar que cometieron tantos delitos, y tan evidentes, que no tienen ninguna chance de ganar los juicios?
Columna de Luis Majul en La Nación Más