Los tres casos que estamos exponiendo en Esta Mañana y que involucran a Cristina Fernández, La Cámpora, el señor feudal de Formosa, Gildo Insfrán, el gobernador Axel Kicillof y por carácter transitivo, al presidente, Alberto Fernández, son doblemente escandalosos, porque tienen lugar en el medio de una pandemia que ya mató a casi 48 mil argentinos.
Que el juez previsional y simpatizante del kirchnerismo, Ezequiel Pérez Nami - el mismo que ordenó indemnizar a Cristina más de 100 millones de pesos con intereses retroactivos y la eximió de pagar el impuesto a las ganancias; el mismo que dictaminó que a ella le corresponde embolsar tres cheques del Estado; uno como vice, otro como ex presidenta y otro como viuda de un expresidente- haya rechazado, in límine, el amparo del jubilado de a pie, Alberto Bosio, expediente número 11.634/20, quien pretende el aumento de la fórmula anterior, es, lisa y llanamente, una inmoralidad.
Al caso del jubilado Bosio te lo presentamos más temprano, junto a Silvina Martínez, después de recibir la denuncia del propio damnificado en nuestro correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Mas doble vara, no existe.
¿Así hay emergencia para rechazar lo que pide el jubilado Alberto Guillermo Bossio y no para Cristina, que es multimillonaria y está procesada en varias causas de corrupción y lavado de dinero?
También es una inmoralidad el uso repulsivo que los "chicos grandes" de La Cámpora están haciendo de la vacuna, jugando a la “intermediación militante”. ¿No aprendieron la lección de la pechera, cuando aprovecharon la inundación de La Plata-sobre la que ocultaron el verdadero número de muertos- para hacer proselitismo barato, en medio de semejante desesperación? ¿Ignoran que es de un oportunismo político miserable? Cristina, Máximo, Kicillof y el presidente, sobre esto ¿no tienen nada para decir?
Pero el informe de Luis Gasulla sobre Formosa e Insfrán lo tiene todo: corrupción, clientelismo, prepotencia y violación de derechos. Porque a la historia de Zunilda Gómez- quien perdió a su bebé mientras era privada de su libertad de manera ilegítima- y a la de Mauro Ledesma -el papá de 24 años que se ahogó en el río Bermejo, desesperado para ver a su bebita que tanto extrañaba- hay que sumarle una grave constatación: La Nación le dio a Formosa, para enfrentar el COVID-19, proporcionalmente, más dinero que a cualquier otra provincia del país.
Se trata de más de 12 mil millones de pesos, de los que no hay rendición ni transparencia, y que se podrían haber ido al agujero negro de la corrupción. La misma corrupción que se descubrió, hace ya varios años, también en Formosa, con el pago de Insfrán a Amado Boudou de más 2 millones de dólares a través de Old Found, una empresa pantalla, por un servicio que nunca prestó.
La misma corrupción que involucró, también en Formosa, a José Víctor Fernández, ex titular del PAMI, quien se quedó con el equivalente a 3 millones de dólares, fraguando facturas de hotel, y al que ahora Insfrán designó al frente del Hospital distrital de Ingeniero Juárez.
Una cuenta sencilla demuestra que Formosa, con 833 contagios y 5 muertos -si estos números fueran ciertos- gastó 14 millones de pesos por “contagiado”.
¿Fueron entonces los centros de aislamiento una maniobra para tapar el desastroso funcionamiento del sistema de salud? ¿Se sacaron el problema de encima encerrando sin discriminar entre contagiados y sanos, igual que los militares de la dictadura ocultaban a los habitantes de las villas?
Y todo esto, sin hablar de una sospecha que en Formosa es un secreto a voces: los vínculos del gobernador con el contrabando, el narcotráfico, y el crimen organizado, como bien lo señaló Nicolás Wiñazki, ayer, en Clarín.
Los artistas, los dirigentes del oficialismo, Cristina y Máximo, los mismos que transformaron el caso Maldonado en una cruzada de una magnitud sin precedentes, y que callaron cuando al final se comprobó que no se trataba de un caso de desaparición forzada ¿en serio van a seguir siendo cómplices, con su silencio, de las atrocidades que suceden en Formosa?
¿Dónde están ahora los artistas? ¿Por qué no hablan? ¿Por qué siguen defendiendo lo indefendible? ¿Es que la patria ya no está más en peligro? ¿O les parece que los jubilados cada vez están mejor? ¿Cuál es el problema? ¿Los están apretando? ¿Los amenazan? ¿Les hicieron una "lobotomía política"?
Inmorales, hipócritas y corruptos hay en todas partes. Pero el atronador silencio de la militancia pseudo progresista parece grave como los hechos que acabamos de describir.
Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia