Parecen, o son, mentirosos o inútiles. Para el caso es lo mismo. Se acaba de conocer el dato de que durante 2020 cerraron casi 20 mil empresas y se perdieron casi 200 mil puestos de trabajo, pero dicen que la economía se está recuperando.

Para no ser considerada pobre, una familia, en enero, necesitó casi 57.000 pesos. Y eso que prometieron que volvería el asado para todos y todas. Igual no se calientan; encontraron la fórmula perfecta para no hacerse cargo de nada, le echan la culpa todo el tiempo y de cualquier cosa a la pandemia o a Macri, a Macri o la pandemia, dependen como se levanten.

Cómo diría minguito, para ellos 'sé igual'.

Pensar qué hicieron programas enteros, campañas casi permanentes, hablando del segundo semestre, los brotes verdes e instalando la idea de que la patria estaba en peligro.

Si había tanto peligro durante 2018 y 2019 ahora, directamente, la patria tendría que ser considerada no en peligro, sino directamente implosionada, completamente destruida o absolutamente desintegrada.

Pero ellos van por la vida vendiendo humo por un lado y usando a la política por el otro para pasar por encima de los ciudadanos y las ciudadanas de a pie.

De otra manera, no se explica cómo todos los días aparecen noticias de políticos que se dieron la Sputnik V sin formar parte de grupos de riesgo. Solo por su cercanía y acceso a las vacunas, en el municipio, la intendencia o el hospital donde se sabe que la están suministrando. El verso de las partidas remanentes no se lo cree ni magoya. En este contexto, la aplicación de la vacuna a chicos de 18 años cuya única función es militar la campaña de vacunación es, directamente, una burla a todos los argentinos.

Y no sucede con todos los partidos políticos.

Solo con los “comprometidos militantes” del Frente de Todos.

Son mentirosos o inútiles. A veces tiendo a pensar que conviven, en ellos, la mentira y la incapacidad, sin solución de continuidad, ambas al mismo tiempo.

Hay que ponerlos en evidencia todos los días, para que no crean que el resto somos estúpidos, o que estamos dispuestos a soportar en silencio la próxima mentira o la siguiente decisión de llevarse al mundo por delante, solo porque ganaron la última elección.

Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia