Desde el primer minuto en que se conoció el anuncio de la fórmula Alberto/Cristina, muchos planteamos la idea de que se trataba de una anomalía política. ¿Cómo se iba a acomodar Cristina Fernández? ¿Cómo iban a convivir? ¿Cómo se iba a repartir el poder? A medida que los días avanzaban, se fueron conociendo más videos y audios de Alberto Fernández criticando, cada vez con más dureza, a la ex presidenta. En una oportunidad, incluso, llegó a atribuirle una conducta política ezquizofrénica.
Ahora, después de poco más de un año de gobierno y ante el avance continuo de Cristina, el Instituto Patria los chicos grandes de la Cámpora, la pregunta correcta es: “¿Cómo termina esto?”. Porque cada vez que Fernández le pide la renuncia a un ministro de su riñón político, pierde más autoridad y más poder de decisión. Y más allá del vínculo políticoy psicológico, es el presidente de la Nación, y no un funcionario de segunda, Ayer, Elisa Carrió, con la que hablé durante algunos minutos, me dijo: “Estoy muy preocupada. Esto no ve a terminar bien. Vamos a terminar siendo los garantes de las instituciones”. Habrá más informaciones para este boletín.
Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia