Mañana se cumplirán diez días sin ministro de justicia. El presidente todavía no lo nombró, porque está buscando la figura adecuada para que le responda exclusivamente a él, y al mismo tiempo no enoje ni a Cristina Fernández ni al Instituto Patria. El hombre o la mujer que asuma tendrán que ser de amianto. Porque desde el momento en que se firme su designación empezará a recibir las presiones y el fuego cruzado de gente de temer.

Desde el ex espía que funge como secretario de Justicia, Juan Martín Mena, hasta el inefable secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla. Apropósito: Pietragalla acaba de ser denunciado por un grupo de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, porque omitió una denuncia gravísima. Se lo dijo en la cara el diputado provincial Enrique Ramírez, cuando el secretario de Derechos Humanos visitó Formosa. Parece que más de 80 mujeres embarazadas se escondieron en la selva para evitar que el gobierno de Insfrán las atrapara, las obligara a parir a través de una cesárea y les quitara los bebés por varios días, con el supuesto objetivo de que no se propagara el virus del COVID. Pietragalla habría incumplido con su obligación de denunciar los hechos y, de confirmarse, representarían una clara violación a los Derechos del Niño que adoptó la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero volviendo al ministro que todavía no fue designado, el jueves a la noche Alberto y Cristina cenaron para ponerse de acuerdo. Pero no quisieron, o no pudieron. A la vice, lo único que le importa, es que le extiendan un certificado de inocencia para ella, su hijo Máximo y su hija Florencia, a como dé lugar. En cambio el presidente sigue sosteniendo, ante sus amigos, que la única manera hacerlo es dentro del sistema, y sin romper la Constitución y la división de poderes. Lo de Cristina, de verdad, no tiene nombre. Como el perro del hortelano, no gobierna ni deja gobernar. Y no lo hace en tiempos de bonanza, sino en el peor momento de la historia del país y en el medio de una pandemia que su gobierno no están neutralizando como hacen otros países. Alberto tendrá que elegir muy bien a quien designar. Si se equivoca, acrecentaría la percepción de que se está transformando en un cero a la izquierda. Habrá más informaciones para este boletín.

Columna Luis Majul en Radio Rivadavia