La segunda ola de COVID, en la Argentina, ya comenzó. Los más de 14 000 casos de contagios que se contabilizaron ayer así la prueban. También se reveló que habría más vacunas VIP para los amigos del poder. Graciela Ocaña acaba de presentar una denuncia ante el fiscal federal Eduardo Taiano para confirmar, si, en efecto, hubo un extraño desvío de vacunas a El Calafate. En la maniobra habría estado involucrado un jefe médico del Hospital Posadas.

La jueza María Eugenia Capuchetti, quien investiga, junto a Taiano, los casos del vacunatorio VIP, le pidió al fiscal que de impulso a la investigación del hecho. Ocaña supone que se desviaron 60 dosis de la Sputnik V al Hospital de El Calafate que, en vez de ir “al personal de riesgo, fueron a parar a los amigos del poder”. El desvió habría sucedido el 23 de enero pasado cuando un directivo de Aerolíneas Argentinas pidió a un funcionario de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que demorara la salida de un vuelo porque estaba llegando un emisario de la entonces secretaria de acceso a la Salud, Carla Vizzotti, para separar 60 dosis de la vacuna que debían ir al Hospital de El Calafate. Ocaña dijo que recibió la información de una persona que prefirió no revelar su identidad. También precisó que el emisario sería Gustavo Javier Baud, jefe de monitoreo del Hospital Posadas. Agregó que se habría montado el siguiente plan: “la conservadora que se utilizó para las dosis quitadas del lote se habría hecho pasar por el scanner destinado al control de la tripulación”. Afirmó: “la conservadora se la habrían dado en mano al comandante de la aeronave de apellido Dono”. La respuesta del ministerio de Salud es imprecisa, “El intercambio de insumos entre hospitales dependientes de la órbita nacional es habitual”, publicaron sus autoridades. Silvana Giúdice, la interventora de PRO en Santa Cruz, sospecha que algunas dosis de esa partida le fueron aplicadas al intendente de Gregores y otros funcionarios cercanos a Cristina Fernández y Alicia Kirchner. Giúdice se preguntó, desde su cuenta de twitter, si la administradora del hospital de El Calafate, Verónica De Cristófaro no habría sido recientemente ascendida por Vizotti a ssubsecretaria de articulación como premio a la consumación de la maniobra. El intendente de El Calafate, Javier Belloni, dijo por radio que él había pedido una dosis, que se le negaron, pero que otros amigos de poder la pudieron recibir. Ayer Daniel Sabsay recordó que los que se colaron en la fila de la vacuna pudieron haber cometido los siguientes delitos: violación de los deberes de funcionario público, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y no impedir la propagación de epidemias. Algunos dirigentes del Frente de Todos no se ven a sí mismos como servidores de la gente, sino como privilegiados, con derecho a los beneficios que otorgaría el poder. La primera es Cristina Fernández, que va a terminar cobrando dos jubilaciones de privilegios y que también se vacunó antes que sus representados, en el hospital presidente Perón de Avellaneda. También el Avellaneda pasaron cosas, Desde la aplicación de la vacuna al ex intendente, Jorge Ferraresi y su mujer, hasta el becaria de 18 años que fue eyectada de su puesto después del escándalo. Habrá más informaciones para este boletín.

Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia