Emboscada es una acción encubierta contra “el enemigo”. Una trampa. Bien: parece que el oficialismo prepara una nueva emboscada. Una serie de “pequeños fraudes”. ¿Para qué? Para ganar las próximas elecciones sí o sí. En la emboscada no hay interna. Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y Sergio Massa, todos juntitos, estarían detrás de la maniobra.
Los aumentos de los casos de Covid podrían jugar a su favor. Incluso, que Alberto se haya convertido en el primer presidente del mundo con Covid positivo después de haber sido vacunado, podría funcionar como un elemento clave para meter más miedo. (Apropósito: sin dejar de lado las críticas por el manejo del gobierno en general, y la pandemia en particular, le deseamos al Presidente una pronta recuperación)
Antes de explicar en qué consiste la emboscada, vamos a tratar de combatir el pánico con información. Hace tiempo que se sabe que ninguna vacuna en el mundo, tiene el 100% de efectividad.
Como sea. Quieren patear la fecha de las PASO. Porque la economía no se termina de recuperar. Porque todavía no pudieron dar vuelta la fuga de votos que les produjo el escándalo de los vacunados vip.
Pero, volvamos a la emboscada. Ya en marzo de este año el Gobierno anuló el decreto que permitía votar por anticipado a por los menos 360 mil argentinos que viven afuera. Es que implicaban demasiados votos en contra del gobierno. Ahora, están pensado en enredar a la oposición para ver, si, de máxima, logran patear la fecha de las PASO, prevista para el próximo 8 de agosto. Y, de mínima, sumergir a Juntos por el Cambio en una interna feroz.
Lo que pasó esta semana en la casa rosada entre De Pedro, Kicilloff, Massa, Máximo Kirchner, Jorge Macri y Cristian Ritondo, es solo el anticipo de la serie de “trampitas” que ya van a venir.
Y mientras tratan de distraernos con este juego perverso, despliegan una nueva cortina de humo para ocultar que en la provincia se multiplicaron las muertes en el medio de intentos de robo. Pero a nosotros no nos van a callar.
Mientras tanto, nosotros vamos a seguir desarmando operaciones. Por ejemplo, las del ministro de justicia Martín Soria contra la Corte y contra los fiscales y jueces que investigaron y siguen investigando a Cristina. Y vamos a seguir denunciando la apertura de la nueva temporada de caza de periodistas. Estamos en la lista los de siempre: Joaquín Morales Solá, Alfredo Leuco, Jony Viale, Eduardo Feinmann, Jorge Lanata, Carlos Pagni, Pablo Sirvén, Ricardo Kirchbaum y muchos otros.
Por mi parte, me declaro culpable. Culpable de conversar, de manera pública y privada, con todos los presidentes, desde 1983, hasta la fecha.
A Cristina Fernández también la visité. Ella sí me recibió en su despacho de senadora mientras Néstor Kirchner gobernaba. E incluso ella, siendo diputada, vino al piso de La Cornisa. Fue por pedido de su vocero de entonces, Miguel Núñez. Pretendía que la entrevistara sola. Le explicamos, que no correspondía. Lo terminó aceptando, pero quienes la conocen dicen que, desde ese día, nos hizo la cruz. A mí me parece que no. ¿O ustedes creen que podría llegar a ser tan rencorosa y vengativa?
Columna de Luis Majul en LN+