Alberto Fernández dejó de ser presidente. Y Axel Kicillof ni siquiera empezó a gobernar. A la primera afirmación la hizo Elisa Carrió, durante el primer tramo del programa de José del Río, Comunidad de Negocios, que ayer, su conductor, me invitó a compartir. A la segunda, la había realizado un poco antes María Eugenia Vidal, en una entrevista mano a mano, que empezó a las 20:45 y terminó a las 21:30 aproximadamente. En este contexto tan particular, ambas están desplegando características parecidas.

Se presentan como moderadas, pero siguen llamando a las cosas por su nombre. El viernes, cerca de las 22:30, mientras conducía Voces, tuve la oportunidad de comprobar que la interna, en Juntos por el Cambio, está más caliente que nunca. Dividirlos entre halcones y palomas es reduccionista y superficial. Lo que se está discutiendo es, nada más y nada menos, que el lugar desde donde la oposición debe pararse en la campaña electoral que se viene. Cuando sugerí que Mauricio Macri y a Patricia Bullrich representan el ala dura de quienes pretenden consolidar el 40 por ciento de los votos que se obtuvieron en las presidenciales de 2019 y Horacio Rodríguez Larreta, Vidal y Carrió pretenden abrir el espacio hacia el 40 de Juntos por el Cambio más un 10 de los desencantados con Alberto, la ex ministra de Seguridad me llamó para decirme que esa descripción estaba equivocada. Y me invitó a discutir la idea, en privado o en público. Seguramente lo vamos a charlar, en público, durante los próximos días. Mientras tanto, Vidal y Carrió calientas los motores. Según fuentes muy seguras, la ex gobernadora ya descartó ser candidata en la provincia de Buenos Aires. Lilita, en cambio, nunca descarta nada.

Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia