No se puede vivir así como vive Alberto Fernández. Cada minuto de su vida tratando de eludir el fuego amigo de Cristina, los chicos grandes de la Cámpora y gente tan agresiva como Máximo Kirchner, Hebe de Bonafini y Juan Grabois. No se puede vivir pidiéndole al mundo que lo defienda de su propia vicepresidenta. No, mientras la pandemia hace estragos en la Argentina, país que se encuentra en el top ten de fallecidos desde que todo comenzó, y que alcanzará los 70 mil muertos este fin de semana.
No se puede vivir poniendo la mayor parte de la energía en tratar de evitar que te volteen. No se puede vivir la segunda mitad de la vida de uno desdiciéndose de todo lo que dijo durante la primera mitad. No se puede vivir con una economía que apunta a una inflación anual del 60 por ciento, una pobreza escandalosa que aumenta cada día más y tratando de complacer a una mujer que reclama todos los días impunidad y venganza, mientras el mundo se derrumba a su alrededor. No se puede vivir así, pero así es como se vive desde el 18 de mayo de 2019, cuando Cristina anunció que Alberto sería su presidente, el Frente de Todos ganó las elecciones y todo se puso patas para arriba.
Columna publicada en Radio Rivadavia