Ayer, en La Cornisa, Patricia Bullrich acusó sin vueltas al gobierno de pedir un retorno a Pfizer para firmar el contrato que le hubiera permitido a la Argentina conseguir unas 14 millones de vacunas contra el COVID 19 producidas por ese laboratorio. Lo personalizó, en forma directa, en el entonces ministro de Salud, Ginés González García. “Gonzalez García dijo que para firmar el contrato tenía que haber un intermediario. Y Pfizer dijo que no se podía, que debían ser efectivos en el tiempo y la forma de producción de la vacuna”, explicó la presidenta de PRO.

Después remató: “la actitud de González García fue intentar tener un retorno. Eso el Presidente no lo ignoraba”. En el transcurso de la entrevista que le hicimos ayer, la ex ministra de Seguridad afirmó que la idea de Ginés era que se le permitiera a los laboratorios argentinos asociarse con Pfizer y producir la vacuna en nuestro país, tal como se hizo con Astra Zéneca. Este fin de semana el Presidente dio a entender que él era uno de los principales interesados en cerrar la negociación con Pfizer. “Explíquenme por qué, si aprobé la Pfizer, después no la compré”, intentó razonar en una entrevista. La falta de un argumento serio y detallado de por qué fracasaron las negociaciones con Pfizer siguen pesando como una espada de Damocles en la gestión del gobierno. Más de 6 mil argentinos habían participados como voluntarios. Las pruebas se hicieron en el hospital Militar de Palermo. Una fuente cercana a los científicos que trabajaron junto a Fernando Polack explicó que se iban a comprar entre 12 y 14 millones de vacunas a dos dólares. Pero que no se hizo porque Pfizer exigía condiciones que le iban a impedir, al gobierno, politizar el uso de la vacuna. ¿Qué condiciones? Que cada caja tuviera un gps, censores de temperaturas, aviones sanitarios capaces de trasladar millones de vacunas. Todo lo contrario de lo que sucede, por ejemplo, con la Sputnik V. Vienen en aeronaves de Aerolíneas, no tienen gps, en aviones que no pueden cargar varios millones de dosis y con una tripulación dispuesta a plegarse a la propaganda k. Habrá más informaciones para este boletín.

Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia