A falta de otro recurso más efectivo, el gobierno se abrazará a la vacuna para ganar las PASO que se realizarán el domingo 12 de setiembre de este año. Más que una campaña de vacunación, que hasta ahora ha sido caótica, y que incluyó una larga lista de inoculados VIP, usarán la vacuna para hacer campaña. Es decir: para colocarse en el lugar de gobierno protector, contra una oposición a la que ya presentan como anti vacuna y en contra de la salud y la vida.
Lo acaba de escribir el columnista Claudio Jacquelin, de la Nación. La presentación del jefe de gabinete, Santiago Cafiero, ayer, en el Senado, bajo la atenta mirada de Cristina Fernández, lo terminó de confirmar. En efecto: no están pudiendo reivindicar el regreso del asado; no están pudiendo cumplir la promesa de aumentar los ingresos a los jubilados ni los asalariados formales ni los sectores con ingresos informales. Además, la constante suba de la inflación y el aumento de la pobreza le quitan votos todos los días. Ergo: no tienen muchos argumentos de los que agarrarse para vencer a la oposición. Y esperan que la llegada de millones de dosis pueda reemplazar su evidente ineficacia para gobernar. Juntos por el Cambio, por otra parte, no cuenta, todavía, con una estrategia de campaña definida. Algunos dirigentes pretenden repetir la experiencia de la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, líder del Partido Popular, quien arrasó, durante las últimas elecciones, celebradas a principios de mayo, a los representantes del Partido Socialista liderado por el presidente de España, Pedro Sánchez, y casi saca de la política a Pablo Iglesias, de Podemos. Lo hizo con un discurso coherente y sencillo: la defensa de la libertad, contra una política de pura restricción frente al COVID. Otros, en especial quienes competirán en la provincia, afirman que la única manera de superar el 40 por ciento obtenido en las últimas elecciones de diciembre de 2019 es hablar de economía. Piensan que, aún cuando la soja se volvió cristinista y el dólar no se dispara gracias al cepo que algún día volará por los aires, no tienen manera de ocultar que estamos en el peor momento de la Argentina desde diciembre de 2001, cuando el PBI llegó a caer a niveles muy parecidos a los actuales. Habrá más informaciones, para este boletín.
Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia (4 junio 2021)