Lo dijo en las últimas horas Waldo Wolf, pero también lo había sugerido antes el presidente del bloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri. “Estamos a siete diputados de ser Venezuela”. Lo que quiere decir Wolf es que si Juntos por el Cambio no se pone de acuerdo sobre los principales candidatos y se desangra en una interna salvaje, el Frente de Todos podrá obtener, en especial en la provincia de Buenos Aires, los votos suficientes como para imponer la ley que se le venga en gana.

Desde la expropiación de Vicentín hasta una nueva ley de medios, pasando, obvio, por la imposición de un nuevo jefe de los fiscales federales. Mauricio Macri le agrega más dramatismo a la advertencia. A cada uno que lo va a visitar a su casa de San Isidro, el ex presidente le dice: “si seguimos así vamos a terminar como Nicaragua”. Esto es, con varios dirigentes de la oposición detenidos de manera arbitraria. Precisamente Macri y Horacio Rodríguez Larreta son quienes compiten por el liderazgo de una buena parte de la oposición, mientras que el radicalismo intenta prevalecer por arriba de esa disputa. De una manera u otra, la principal fuerza de la oposición debe decidir, cuánto antes, si María Eugenia Vidal va a ser candidata en la provincia o en la Ciudad, si Patricia Bullrich encabeza la lista de diputados en la Ciudad o va a una interna; como resuelven sus diferencias Diegi Santilli y Jorge Macri en la provincia, y si Facundo Manes se va a presentar o no como postulante en el distrito más grande del país, como la pide el radicalismo. Además de los nombres, la principal diferencia entre varios dirigentes de uno y otro sector político es donde pararse para ganarle al Frente de Todos. Si desde el lugar de la moderación para recuperar el voto de los desencantados con Alberto, o desde el discurso de la crítica dura, como el que emplean el propio Macri o la exministra Bullrich, apuntado al electorado fiel que concentra un nada desdeñable 40 por ciento. Como si esto fuera poco, el anuncio de Florencio Randazzo como posible candidato en la provincia preocupa tanto al Frente de Todos como a Juntos por el Cambio. El ex ministro de Transporte que un día le dijo que no a Cristina cuando lo propuso como gobernador de la provincia estaría en condiciones de quitarle más votos a Alberto, la vice y Kicillof que a la oposición, aunque todavía nadie se atreve a arriesgar en qué proporción. Habrá más informaciones para este boletín.

Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia