(Columna de Luis Majul en LN+ del 10 de agosto de 2021) Tres pastillas con información y análisis. Una: En las últimas horas el periodista tuitero Gonziver detectó que el 11 de febrero pasado ingresaron a Olivos el director del Posadas, Alberto Maceira, la enfermera que había vacunado con la primera dosis al presidente, y una persona más. Ellos se quedaron casi tres horas allí. ¿A quiénes vacunaron, con la segunda dosis, además de al presidente? ¿Tuvo lugar en Olivos un nuevo vacunatorio VIP? El precandidato a diputado Yamil Santoro acaba de presentar una nueva denuncia judicial. Lo mejor que podría hacer el gobierno es aclarar, en vez de tirar consignas de campaña, quiénes y porqué se vacunaron. Si les correspondía o no les correspondía.
Dos: acaban de asumir dos nuevos ministros. Uno es Juan Zabaleta, en Desarrollo Social. El otro es Jorge Taiana, en Defensa. Muy cercano a Alberto, dicen que Zabaleta no tuvo más remedio. Que la Cámpora le cascoteó el rancho y tuvo que entregarles la intendencia de Hurlingham.
El otro ministro que asumió se llama Jorge Taiana, ex canciller, ex montonero, estuvo preso siete años en el penal de Rawson, acusado de un atentado con bomba cometido contra un gobierno democrático, en 1975. Taiana, además, es uno de los vacunados VIP. Uno de los que les quitó la vacuna a muchos de los miles de argentinos que murieron sin la segunda dosis. ¿Era necesaria semejante provocación? ¿No podían haber elegido a una persona menos cuestionada y más idónea? Si el presidente echó a Ginés González García por haber impulsado el vacunatorio VIP ¿no es una burla a todos nosotros designar como ministro un vacunado VIP?
Y la tercera pastilla es para analizar una parte del discurso del presidente. Fue hoy, en un acto en el que se anunció la inauguración de 100 obras en 95 localidades del país por un monto de 32 mil millones de pesos. Duró más de una hora. Alberto volvió a fanfarronear al decir: “nosotros no hablamos de la gente, somos la gente”. Y se la pasó tirando datos discutibles y a veces engañosos sobre todo lo que dice que hizo desde que asumió. Pero lo más llamativo fue la muletilla, que usó una y mil veces, en forma de la pregunta:
¿En qué nos equivocamos? Que alguien nos diga, por favor ¿en qué no equivocamos?
Tenemos aquí una sintética lista, si le interesa saber, señor presidente.
Más de 108 mil muertos por COVID, cuando se podrían haber evitado varios miles, con la compra en tiempo y forma de la vacuna de Pfizer y de otros laboratorios.
Más de 5 millones de contagiados, lo que nos ubica en el podio de los países que peor administraron la pandemia.
Por lo menos 2 millones y medios de pobres más, desde que usted asumió.
Casi un millón y medio de indigentes más, desde que se hizo cargo.
La pérdida de puestos de trabajo y de poder adquisitivo del salario más vertiginosas de la historia reciente, incluido a los jubilados y pensionados.
Decenas de miles de empresas quebradas.
Decenas de miles de negocios cerrados.
Pero ¿por qué no iban a naturalizar todas estas cosas si inclusive convivieron con José López, un incondicional que trabajó durante años al lado de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, al que lo atraparon arrojando bolsos sobre el paredón de un monasterio con 9 millones de dólares, alhajas y armas de guerra?