La foto del escándalo y que pretendieron desmentir es la gota que rebalsó el vaso. Lo que terminó de romper la poca credibilidad que tenían el presidente y la vice. Vayamos al grano. Alberto debe responder ante la justicia, el parlamento y sus votantes, porque rompió el ASPO el día del cumpleaños de Fabiola Yañez.
Porque lo rompió también el día en que recibió a parte de la familia Moyano en la quinta de Olivos. Y porque lo volvió a hacer el día de su cumpleaños, 20 de abril; fiestita a la que asistió Robert Chein, el empresario de origen taiwanés que a partir de ese momento ganó licitaciones a lo pavote. Y Cristina, a pesar de que manda a decir a sus alcahuetes que está muy enojada con la publicación de la foto del escándalo, a pesar de que se muestra más preocupada por otra foto del PJ en la que no apareció, debe responder, entre otras cosas, porqué su jardinero y su empleada doméstica de El Calafate recibieron la vacuna antes de que les correspondiera; si es cierto que, además de ella, el día en que Nicolás Kreplak la vacunó también inyectaron a un montón de militantes que se saltearon la cola, como el Pantera Rodríguez. Y también debe responder porque en el Senado, donde ella manda, no se registran ni sus entradas ni sus salidas, como si fuera no la casa de los representantes de la Cámara Alta sino una guarida, o la sede de una fiesta clandestina. Ayer, Cristina, con su habitual ecpatía, dijo que iban a tener que hacerse cargo de los muertos que dejaron otros. Fue en alusión a la deuda, aunque todos los economistas serios saben que uno de cada tres pesos que pidió Macri al FMI fue para pagar la deuda del gobierno anterior. Sería mejor y más útil, para la Argentina, que se hicieran cargo de sus propios muertos. Los de la cuarentena eterna. Los de la pésima administración de la pandemia. Los de los nuevos 3 millones y medio de pobres, los más de un millón y medio de nuevos indigentes. Los de la inflación desbocada y una moneda que todos los días pierde más valor. Mienten. Ocultan. Manipulan los datos y las evidencias. Pero esta vez no se la tienen porqué llevar de arriba. Ahora tienen que responder.
Columna de Luis Majul en Radio Rivadavia