Funcionarios del gobierno nacional dicen que la Presidenta está feliz. Ellos explican que lo está porque los que manejan la economía le anticiparon que el segundo semestre de este año será mejor que el primero y porque los encuestadores que le traen novedades le anticiparon dos buenas. Una: que la caída de su imagen positiva parecía tener un límite. Y dos: que no hay ninguna figura política que haya capitalizado su pérdida de apoyo. “El escenario es muy parecido al de julio de 2009, cuando Néstor perdió las legislativas en la provincia de Buenos Aires. Pero de alguna manera, es mejor. Porque todavía no perdimos ninguna elección y tenemos mucho tiempo para crecer hasta octubre del año que viene, cuando llegue la hora de presentar las listas”, interpretó un secretario de Estado con acceso al despacho presidencial. ¿Por qué piensan que el segundo semestre será mejor que el primero? Porque la economía de Brasil “se está despertando, de a poco” y porque el nuevo precio récord de la soja hará que un importante sector del campo empiece a liquidar sus exportaciones y aporte “dólares frescos” a la apetecible caja del Estado. “Le vamos a cerrar la boca a todos los charlatanes que hablaron de rodrigazo y otras catástrofes por el estilo”, agregó, en línea con el discurso del viceministro de Economía, Axel Kicillof. Cristina Fernández terminó de recibir esas dos buenas noticias horas antes de identificar a los medios críticos con lo que Ella denomina “la cadena nacional del miedo y del desánimo”. Por eso ahora tomó la decisión de atacar a fondo al Grupo Clarín y hacer todo lo posible para que el 7 de diciembre próximo dejen de funcionar la señal de Cable Todo Noticias y Radio Mitre, de acuerdo a su interpretación de cómo debería empezar a funcionar la Ley de Medios.
La jefa de Estado y sus incondicionales están seguros que cuentan con el poder necesario como para materializarlo. Calculan que la reacción de una parte de la justicia y de los oyentes y de los televidentes será muy fuerte al principio, pero que se irá diluyendo en el tiempo. “Antes de las próximas vacaciones de verano se transformará en una anécdota de playa más, como cualquier otra”, comentó otro funcionario que está detrás de la operación. La ecuación oficial es sencilla: si somos capaces de partirle el espinazo a Clarín, sostenemos con mano firme el timón de la economía y demostramos que no hay nadie, ni dentro ni fuera del peronismo capaz de hacerle sombra a Cristina, será el momento de plantear la necesidad de reformar la Constitución y de ir por un nuevo mandato. La estrategia para sostener el proyecto Cristina 2015 contempla, igual que durante 2009, una maratón de proyectos de ley del estilo y la importancia de la Asignación por Hijo, combinada con otros destinados a aumentar la caja, como la reestatización de los casinos y el incremento de impuestos para algunas transacciones financieras. Más allá del exceso de optimismo que impera entre quienes hablan con Ella es adecuado preguntarse: ¿todavía seguirá contrariada con Guillermo Moreno? El supersecretario le había prometido, inmediatamente después del triunfo electoral de octubre del año pasado, que se encargaría de conseguir los más de 10 mil millones de dólares que el Estado necesita para comprar combustible importado. Lo que nunca le aclaró es que el cepo cambiario afectaría tanto a la actividad económica como lo está haciendo ahora mismo. La Presidenta tomó nota de la envergadura de la caída recién hace tres semanas. Y a partir de ese momento le ordenó a Kicillof que empiece a monitorear qué está sucediendo con los puestos de trabajo no solo en las grandes empresas, sino también en las medianas y las pequeñas de alto impacto mediático.
“La discusión con Daniel (Scioli) quedó suspendida no por las encuestas, sino porque nos estamos ocupando de administrar en el medio de un mundo que está en crisis” exageró el mismo secretario de Estado. Lo cierto es que el gobernador de la provincia de Buenos Aires ya tomó nota de que no tiene alternativas: o arma una lista propia, encabezada e integrada por gente de su confianza o su sueño presidencial se transformará en una pesadilla, y los dos años que le queden en La Plata se volverán insoportables. Esa decisión inevitable de Scioli y la propia Constitución son los límites más serios que parecen tener los impulsores de una Cristina Eterna. Si es cierto que el gobernador ya “firmó” un acuerdo con el intendente de Tigre, Sergio Massa, para que vaya como primer candidato a diputado nacional por el Partido Justicialista, las chances del kirchnerismo para “derrotar” a Scioli se verían muy condicionadas. La pregunta lógica, en este caso, es: ¿Pero que haría Massa después, si consigue ganar la elección y herir así de muerte al proyecto de Cristina Fernández? ¿Se contentaría luego con la candidatura a gobernador de la provincia o iría por el premio mayor, la candidatura a presidente de la Nación? Al compás de este juego de ambiciones personales bailan los dirigentes del peronismo. También se sacude el futuro del país.
Publicado en El Cronista