(texto de apertura de Luis Majul en el programa +Voces por LN+ del 26 de noviembre) El sobreseimiento de Cristina, Máximo, su hija Florencia, Lázaro Báez, Cristóbal López, Fabián De Sousa, Romina Mercado y Osvaldo Bochi Sanfelice, entre otros, es un escándalo.
Y es una vergüenza.
Los jueces que lo propiciaron, Daniel Obligado y Adrián Grunberg.
Si tienen hijos, o nietos, o cuando los tengan, posiblemente vayan a llevar sus apellidos, durante generaciones, con vergüenza, por haber resultado cómplices del encubrimiento de un delito grave de corrupción cuyas pruebas y evidencias siguen siendo abrumadoras.
Silvina Martínez bautizó al juez Obligado muy bien:
“es el nuevo Oyarbide de la Argentina”.
Obligado, el mismo que le facilitó la salida de la cárcel al vicepresidente condenado con sentencia firme por corrupción, Amado Boudou, es el que le acaba de hacer este regalito de navidad a Cristina, su familia, sus socios y testaferros.
El resumen de parte de la causa Hotesur Los Sauces, casi perfecto, está contenido en la nota de Hugo Alconada Mon de hace minutos, cuyos detalles te vamos a dar a conocer enseguida.
Pero, si me permitís, vamos a hacer nosotros nuestro propio resumen:
-Cfk Nestor y Máximo armaron una asociación ilícita con Lázaro y Cristóbal. Les dieron negocios multimillonarios a cambio de pagos simulados.
-inventaron alquileres ficticios de habitaciones de hoteles que jamás se ocuparon.
-propiciaron alquileres ficticios o reales, pero cuyo valor triplicaba, en dólares, el precio de mercado, de departamentos en Puerto Madero y en el edificio de Recoleta, el edificio de la corrupción, en Juncal y Uruguay, donde Daniel Muñoz recibía bolsos con dinero, donde todavía hoy vive Cristina.
-esto fue probado sobradamente por los fiscales Gerardo Pollicita y Juan Mahiques, los jueces Claudio bonadío y Ercolini.
-y ahora Cristina, Máximo y los demás tenían que enfrentar el juicio oral, como cualquier hijo de vecino.
-que los jueces Obligado y Grunberg pretendan impedirlo es un escándalo y una vergüenza.
-porque es una respuesta no jurídica ni técnica. Es una respuesta política y mediática y apunta a que el juicio oral y público no se sustancie y los medios no lo cubramos.
-es decir: a estos dos jueces, sin vergüenza ni moral, igual que a Cristina, al kirchnerismo, al peronismo y a los principales dirigentes de este gobierno, no les importa tanto los hechos, sino que se hagan conocidos.
-ellos piensan: no discutamos que somos chorros. Ya todos sabemos que lo somos.
Ellos piensan: lo que tenemos que hacer es seguir mintiendo sobre nuestra condición de chorros.
Y lo peor de todo es que, al igual que Oyarbide, cuando sobreseyó en 2009 por enriquecimiento ilícito a Néstor y a Cristina, antes de las fiestas, y en medio de un escándalo, como lo denunció el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, estos tipos, Obligado y Grunberg, lo hicieron de apuro, un viernes de calor, para que se diluya cuanto antes, y antes de que Grunberg tuviera que pasar a otro tribunal.
Vos qué estás del otro lado, bien te podrías preguntar, como estaremos nosotros.
Y la respuesta es: tristes, indignados, espantados, como vos.
Te preguntarás, como estarán, por ejemplo, decenas de colegas y dirigentes que dedicaron y dedicamos parte de nuestras vidas a evitar que quedaran impunes.
Pensamos en Elisa Carrió, Jorge Lanata, Nico Wiñazki, Margarita Stolbizer, Graciela Ocaña y Mariana Zuvic, entre muchos otros.
Mirá:
Acá tenemos, apilados, algunos de los libros que algunos de nosotros publicamos, a lo largo de los últimos años.
Libros que vos leíste casi con desesperación.
El dueño
El y ella
La dueña, de Miguel y Nico Wiñazki
Yo acuso, de Stolbizer y Silvina Martínez
Y ella miente, también de margarita y silvina.
Yo no se como estarán los demás.
No puedo hablar por ellos.
Sí sé que Silvina, en las próximas horas, como una de las primeras denunciantes, va a presentar otra denuncia contra los jueces por prevaricato.
Y sé que a nosotros, esto, nos entristece. Por nuestros hijos. Por el país.
Pero no nos desalienta.
Vamos a seguir haciendo lo que tenemos que hacer.
Todo el tiempo.
Día tras día.
Hasta que se haga justicia.
Hasta que la historia desmienta este relato.