(Texto y video de la columna de Luis Majul de ayer en la apertura del programa +Voces por LN+) En 1997, cuando todavía Horacio Verbitsky mostraba amor por el oficio y aún no se declaraba, con orgullo, un “vacunado VIP”, publicó un libro muy interesante, llamado “Un mundo sin periodistas”.
Lo recuerdo siempre, con cierta nostalgia, porque fue por sugerencia nuestra que la editorial lo contrató.
Verbitsky partía de la hipótesis de que, al poder, entonces ejercido con prepotencia y autoritarismo por el menemismo, le convenía “Un mundo sin periodistas”.
Citaba, en el prólogo, una frase del entonces primer ministro británico, John Major, quien sentenció:
UN MUNDO SIN PERIODISTAS SERíA UN MUNDO FELIZ
Veinticuatro años después, esta máxima bien se le podría endilgar al kirchnerismo gobernante. A Cristina y a Máximo. Y también ¿por qué no? a los grupos que en las últimas horas arrojaron bombas molotov en la redacción de El Chubut, al que estuvieron a punto de incendiarla toda.
Los chicos grandes de la Cámpora no arrojaron, que se sepa, todavía, ninguna bomba incendiara, pero su verba inflamada nos apunta a los periodistas una y otra vez.
Como hizo ayer Eduardo Wado de Pedro, para justificar las agresiones de Máximo contra la oposición en Diputados.
Como viene haciendo Máximo cada vez que puede. Tanto en las últimas horas como en cualquier otra ocasión.
1.Cuarto poder en San Vicente
2.Hay que dejar las pantallas.
3.Responsabiliza a los medios cuando le metieron un balazo a un diputado)
Algo que aprendió muy bien de su padre, Néstor Kichner, cuando patoteaba a los periodistas rodeados de los pesados del PJ.
Y también su madre, Cristina, quien desde el Olimpo de su imaginación se volvió poner por encima de todos porque siente que argentinos como ella se merecen mejores medios y mejores periodistas.
La misma Cristina, que, hace muy poquito, fue capaz de comparar a los periodistas críticos que informamos con los militares que usaban la picana para torturar.
Es que para el kirchnerismo, “un mundo feliz es un mundo sin periodistas”.
O con comunicadores chupamedias y militantes. Cuanto más sacados y más agresivos, mejor. Comunicadores y periodistas como los que fueron agasajados por la vice, hace horas, en Pilar, sin distanciamiento ni barbijo.