(texto de la columna presentada por Luis Majul en La Nación Más el 4 de abril de 2023) Piedra libre Axel Kicillof detrás de Sergio Berni, nuestro Rambo del subdesarrollo. Piedra libre Fernando Espinosa, detrás de Berni y de Kicillof. Piedra libre Cristina Kirchner, detrás de Espinosa, Kicillof y Sergio Berni. Y piedra libre Alberto Fernández y Aníbal Fernández, detrás de todos ellos, incapaces de coordinar una tarea conjunta, mientras se siguen peleando con Berni, después del asesinato de Daniel Barrientos, la única víctima a la que hoy todos lloramos.
A la paliza injustificable que le dieron a Berni, un ataque de nocaut que terminó con el mito del macho número uno, hay que agregar su absoluta ineficiencia y su constante provocación.
En vez de agradecer a la Policía de la Ciudad, que le puso un casco y se lo llevó para que no lo terminaran de linchar, horas después en la señal de noticias paraoficial, dijo que los agentes los habían detenido.
En vez de renunciar, o decir lo que va a hacer a partir de mañana, eligió pelearse con Aníbal Fernández, quien advirtió que Berni nunca le había pedido que envíe más gendarmes a la Provincia.
Su gestión es un desastre. Solo lo pusieron ahí para disimular que a Cristina y a Kicillof la vida de un laburante como Daniel Barrientos es lo que menos les importa. Que la ideología zaffaronista y la inoperancia es lo que los define.
La última vez que Berni nos mintió a todos, fue cuando anunció un Plan Integral de Seguridad, en septiembre de 2020. El dato se puede encontrar en una nota de Clarín que firmó hoy Walter Schmidt.
Una inversión de 37.700 millones de pesos que incluiría equipamiento, tecnología, infraestructura y la capacitación de 10.000 nuevos agentes.
La compra de 3000 vehículos entre autos y motos, equipos de comunicación, 10.000 chalecos antibalas, uniformes, calzado y armamentos.
La refacción de 120 comisarías y la construcción de seis módulos carcelarios.
También contemplaba la construcción de 3000 paradas de colectivos seguras con cámaras de seguridad, wifi y botón antipánico, que serían monitoreadas durante las 24 horas del día. La reacción de los choferes de colectivos de ayer lo cambia todo.
Deja un mensaje clarísimo, para Kicillof, Cristina, y para Alberto también:
Basta de show.
Basta de humo.
Basta de mentiras.
Y no fue ni una emboscada ni una operación para impedir la reelección del gobernador. Fue la desesperación de gente que los votó creyendo que los iban a hacer más felices, y que ya no los aguanta más.
Por Luis Majul