(texto de la columna presentada por Luis Majul en LN+) ¿Se viene una paliza electoral? El asesinato del chofer Daniel Barrientos dejó a todos en el Gobierno como reyes desnudos. Demostró que (Sergio) Berni parece más un payaso que un ministro de Seguridad. Probó que Axel Kicillof es un verdadero desastre. Un gobernador que, entre otras cosas, cuando habla de inseguridad balbucea.
Y puso de manifiesto que, ante la paliza electoral que se avecina, entre ellos funcionan como caníbales. Que cuando se trata de sacarse la responsabilidad de encima y embadurnar a un compañero, no se andan con chiquitas.
Hoy Carlos Pagni escribió una columna con muchas novedades. La tituló El peronismo se enfrenta a una catástrofe electoral. Comenta los últimos resultados de la consultora Aresco, de Federico Aurelio. Los que dicen que en noviembre Juntos por el cambio obtenía el 35.6 por ciento de los votos; el Frente de Todos 33.5 por ciento; y La Libertad Avanza, el 19. 3 por ciento.
Ahora los números serían así: 35 para Juntos por el Cambio; 28 para el Frente de Todos; 25 para Libertad Avanza.
Pagni registra dos fenómenos inquietantes. Uno: que los votos que pierde el Frente no van a Juntos sino a Milei, o a la abstención. Y dos: que la pérdida de votos del Frente de Todos no parece detenerse.
Pero la hecatombe del kirchnerismo, más que por la inseguridad, se explica porque sus políticas económicas son un fracaso:
Sergio Massa no solo no puede parar la inflación, sino que cada vez tienen que jugar más al borde de las leyes para conseguir unos pocos dólares. La inflación de marzo superaría el 7 por ciento, proyectando la anual a mas del 120 por ciento.
Y la decisión de lanzar otro dólar soja a 300 pesos no solo constituye una devaluación encubierta.
Además va a terminar armando otra bomba de tiempo que podría dejar a la Argentina al borde de la hiperinflación, después de las elecciones de octubre.
Para colmo, además de los miles de millones de dólares que vamos a tener que pagar por la fallida estatización de YPF, un tribunal en Londres acaba de condenar a la Argentina a pagar otros 1450 millones de dólares por liquidar mal el cupón del PBI. Y eso se lo debemos todo a Kicillof, quien ahora no tiene a Macri para echarle la culpa de todo.
Ayer, en Mas Nación, María Eugenia Vidal encontró las palabras justas. Las usó no solo definir al Frente de Todos, sino a gran parte de la dirigencia política: “La realidad le está dando cachetazos a la política”.
Luis Majul