(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 11 de abril de 2023 en 8AM por en LN+) Divorciados. Macri y Larreta le acaban de hacer un regalo inesperado al peor gobierno de la historia reciente: en vez de estar hablando del índice de inflación de marzo, la nueva devaluación de Sergio Massa y el desastre de Axel Kicillof, Sergio Berni y Fernando Espinoza combatiendo la inseguridad y el narcotráfico en la Matanza, nos obligan a analizar su interna expuesta para manejar el poder:

El líder del Pro y quien aspira a consolidar su liderazgo se habían puesto de acuerdo en casi todo. Lo único que no pactaron fue el sistema electoral que se usaría para elegir a los candidatos en la Ciudad.

¿Por qué Horacio tomó esta decisión no consensuada?

Porque la había acordado con Martín Lousteau, hace mucho tiempo ya, previendo, quizá, que la UCR de Capital le quitaría el apoyo, si no cumplía con lo pactado.
Porque necesitaba transmitir hacia dentro, y hacia fuera también, la idea de que el no va a ser el Alberto de Cristina, en el caso de que gane las PASO frente a Patricia Bullrich.
Porque Larreta cree que, para llegar a la presidencia, el apoyo de Macri no sería indispensable.
Que los votos los podría obtener de la franja de los argentinos que sienten que el expresidente ya lo intentó y le salió mal, y que ahora es el turno de un líder de consenso.

Larreta dio un salto al vacío. Si como consecuencia de esta decisión llegara a ganar, en la ciudad, Lousteau, y no un candidato de Pro, como Jorge Macri, cargará con la cruz de “haber entregado la ciudad al radicalismo”. O, desde la perspectiva de Macri, de habérsela dado a uno de los representantes más conspicuos del “populismo light”: nada más y nada menos que el exministro de Economía de la 125.

¿Qué va a hacer Macri ahora? Porque parece atrapado entre la espada y la pared. Cuando renunció a volver a la presidencia, ¿no estaba implícito que además renunciaba al liderazgo de Pro? Su primera reacción no fue la de un estadista con equilibrio emocional y cálculo de ingeniero. Se manifestó desilusionado.

¿Desilusionado por qué? ¿Acaso descuenta que la decisión de Larreta lo hará perder la competencia electoral a su primo? Hoy todas las encuestas muestran a Jorge Macri primero, cómodo, frente a cualquier otro postulante, de Pro y también frente a Loustaeu. ¿O Mauricio teme que Horacio también haga campaña para que gane el exembajador de los Estados Unidos?

Para que la sangre no llegue al río, dicen los dirigentes de Pro que miran el divorcio con estupor, Larreta debería bajar la candidatura de Fernán Quirós y Soledad Acuña. Pero el entorno de Horacio sostiene que lo va a hacer con una condición: una vez que Mauricio, Patricia y María Eugenia Vidal bajen la postulación de Grindetti, Ritondo, De la Torre y Javier Iguacel en la Provincia, candidaturas que conspiran contra la consolidación de Diego Santilli.

Los precios siguen subiendo. Berni sigue diciendo pavadas (la última fue compararse con Fernando Báez Sosa). Aníbal sigue atendiendo a los chicos grandes de La Cámpora. Sigue muriendo gente en la provincia de Buenos Aires y Rosario por la inoperancia de los responsables de la seguridad. La Casación está por reabrir la causa Hotesur Los Sauces que tanto atormenta a Cristina Kirchner. Pero Macri y Horacio firmaron el acta de divorcio mientras se pelean frente a sus hijos imaginarios, y esto renueva la esperanza de los cráneos del Frente de Todos, quienes sueñan con una lista de unidad, para seguir haciendo daño a la Argentina.

Por Luis Majul