(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 14 de abril de 2023 en 8AM por en LN+) Como si estuvieran atrapados en una realidad paralela, los dirigentes políticos argentinos aparecen desconectados de los problemas reales y urgentes, como la megainseguridad, la superinflación y la escandalosa pobreza.
En los últimos días, la desconexión se instaló en el núcleo duro del Pro, por la decisión de Larreta de convocar a las elecciones denominadas concurrentes.
Ayer Macri dio por concluida la disputa pública que, sin embargo, se extenderá de manera privada, y se verá expresada en la pelea por la integración de listas de candidatos en todo el país. Lo hizo antes de tirarle el último palito al jefe de gobierno de la Ciudad.
Y Horacio Rodríguez Larreta, en +Nación, se siguió justificando en el estricto cumplimiento de la ley.
De cualquier manera, al lado de la locura imperante en el oficialismo, cuya interna salvaje empezó un minuto después de asumir el gobierno nacional y todavía continúa, lo que sucedió en el Pro parece un inocente juego de niños.
Por ejemplo, ayer, Cristina reapareció en público no para hablar del chofer de colectivo asesinado, la inflación, el dólar o el último índice de pobreza, sino en una foto desde su despacho del Senado, junto a sindicalistas como Roberto Baradel, Daniel Catalano, Walter Correa, Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Omar Plaini, quienes la visitaron para darle su apoyo contra la Corte horas antes de la marcha de hoy.
Y Máximo Kirchner, que vive adentro de un tupper que se encuentra dentro de otro tupper, pretendió meter un poco de cizaña hablando del conflicto entre Macri y Larreta. Justamente él, uno de los principales responsables de esmerilar al presidente que su madre eligió con el dedo.
Para colmo, hoy Kicillof será el principal orador del acto a favor de Cristina y contra la Corte. Como si la provincia que gobierna no se estuviera incendiando. Como si La Matanza fuera París y tuviera “narcotráfico y pobreza cero”.
En el medio de del semejante tsunami de desconexión, ni siquiera se salva la figura del momento, Javier Milei, quien de tanto insultar tan fuerte a Horacio Rodríguez Larreta, y no hacerlo, en la misma medida, por ejemplo, con Cristina, o Kicillof, se le están empezando a ver los hilos de su verdadero juego, que es debilitar al principal partido de la oposición, y favorecer, directa o indirectamente, a la coalición denominada Frente de Todos. O adjudicándole políticas que Larreta no defiende. Como el control de precios para frenar la inflación.
Luis Majul