(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 4 de julio de 2023 en LN+) Cada vez es más lógico pensar que Cristina facilitó la candidatura de Sergio Massa a presidente porque en el fondo sabe que el peronismo podría sufrir la derrota más fuerte de los últimos 40 años. Y al mismo tiempo es obvio que la vice y los chicos grandes de La Cámpora coparon las listas de candidatos porque desde el Congreso resistirán cada decisión del gobierno que viene, mientras se sacuden las manchas de la eventual paliza electoral que reciban en octubre.
A su núcleo duro de la secta que preside, Cristina no necesita convencerlos de nada. Por ejemplo: todos ellos creen, como le dijo Grabois a Novaresio, que la vice no tiene ninguna responsabilidad en la gestión de Alberto Fernández, porque no asumió funciones ejecutivas, sino legislativas.
Curiosamente, el que más la pone en evidencia, es Luis D’Elía, quien la culpa por cada uno de los sapos que se tuvo que comer: primero Daniel Scioli, después Alberto Fernández y ahora Sergio Massa, a quien vincula, como en su momento lo hizo con Eduardo Duhalde, con el narcotráfico y la corrupción.
Pero, más allá de lo que diga o haga ahora mismo Cristina, Massa tiene dos graves problemas. Uno es la inflación y su peor consecuencia: la caída del poder adquisitivo del salario. Otro es que lo están involucrando cada vez con más insistencia en el armado de Javier Milei, lo que impactaría directamente entre quienes le reconocen su vocación de poder, pero se niegan a votarlo, por su tendencia a abusar del poder.
En Juntos por el Cambio las cosas están un poco mejor, pero no tan ordenadas como pareciera. La persistencia de Martín Lousteau por querer sacar a Jorge Macri de la cancha es algo que preocupa al exintendente de Vicente López, sino también a su primo, Mauricio Macri, el único candidato al que apoya en público, más allá de sus preferencias por Patricia Bullrich, en detrimento de Horacio Rodríguez Larreta.
Ayer la Junta Electoral ratificó que Jorge Macri estaba habilitado para ser candidato. Pero se supone que el fallo va a ser apelado ante el superior tribunal de la Ciudad de Buenos Aires y muchos esperan que también se pronuncie la Corte Suprema de Justicia. ¿Se meterá la Corte en un asunto tan complejo, cuando faltan apenas 40 días para las PASO, con la campaña ya lanzada, solo para parecer equilibrada, después de inhabilitar a Sergio Uñac en San Juan?
A partir de ahora cada error de campaña va a ser amplificado por el adversario hasta límites inimaginables. A las cosas que dice y que hace Patricia las están mirando con lupa, igual que miran con lupa a las cosas que dice y que hace el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. Ayer, Juan Carlos Blumberg volvió a poner bajo sospecha al propio Milei y a quiénes trabajan para su armado, al decir que estaban pidiendo 50 mil dólares por cada puesto en las listas de concejales.
Los peronistas que estarían ayudando al libertario deberían preocuparse no solo por ser, sino también por parecer: así como el abuso de poder pareció ser el talón de Aquiles que explica la derrota de Uñac, también podría incidir en la reelección de Axel Kicillof, a la que Cristina tanto apuesta. En la provincia hay encuestas de todos los colores, pero ya empezaron a aparecer, las que sostienen que el gobernador que grita pero no gobierna estaría perdiendo votos, y que Diego Santilli, sumado a Néstor Grindetti, lo estaría superando.
Por Luis Majul