(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 10 de julio de 2023 en LN+) Ya lo había dicho Eduardo Duhalde, que de esto sabe un montón: “No hay nada más mentiroso que político en campaña”. Y ayer, en el primer acto de campaña de Unión por la Patria, los tres componentes de la coalición volvieron a mentir, al inaugurar el gasoducto en Saliqueló, dispositivo que ayudaría al Estado argentino a dejar de comprar gas y ahorrarse cientos de millones de dólares.

Primero: mintieron al dejar afuera de la ecuación al gobierno de Mauricio Macri. Porque entre 2015 y 2019 la gestión anterior recibió un déficit energético descomunal, lo redujo bajando los subsidios y subiendo la tarifa y dejó todo listo para empezar la licitación que este gobierno pudo haber lanzado de inmediato. Así lo recordó el propio Macri, desde su cuenta de Twitter.

Segundo: la demora le viene costando al Estado cerca de 5000 millones de dólares, que estamos pagando todos con creces. Igual que el boleto de colectivo, la luz y el agua. Y tercero: el apuro por inaugurarlo justo en el medio de la campaña electoral hizo que se pagara un sobreprecio que se calcula entre 700 y 1000 millones de dólares.

Se podrían seguir enumerando más mentiras u omisiones sin solución de continuidad, pero mencionaremos a continuación solo las más escandalosas. Por ejemplo, Sergio Massa ponderando la expropiación de YPF, cuando todo el mundo sabe que él se opuso desde el principio hasta el final.

Por ejemplo, Massa agradeciendo al presidente que haya resistido, en diciembre del año pasado, el supuesto pedido del FMI de interrumpir la obra del gasoducto. No hay un solo documento que pruebe lo que dijo el ministro de Economía.

Por ejemplo, Cristina hablando de Massa como si de veras hubiera salvado a la Argentina de explotar por los aires, cuando, desde que asumió, no pudo controlar la inflación, ni evitar el brutal aumento de la pobreza, ni evitar la suba del tipo de cambio, que pasó de menos de 300 a casi 500 pesos.

Por ejemplo, Alberto Fernández hablando de la baja desocupación, cuando hasta un niño sabe de memoria que el registro de desempleados no aumenta porque cada vez se entregan más planes sociales, que no son un trabajo, sino un parche, además de un negocio para los Pérsico y los Grabois de la vida.

Por lo demás, no hay que ser experto en comunicación no verbal para darse cuenta de que no los une amor, sino las tres P: el pánico a perder, la plata y el poder. Es decir: miedo a sufrir la peor derrota en la historia del peronismo.

Por Luis Majul