(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 15 de agosto de 2023 en LN+) La mayoría de los analistas clásicos, los mismos que no lo vieron venir, ahora sostienen que Javier Milei podría estar muy cerca de ser presidente. Se basan en los siguientes presupuestos:
Es muy difícil que quien decidió votarlo en las PASO, de repente elija otra opción en la primera vuelta. Por lo tanto, si Milei no se equivoca mucho, ingresará al balotaje. Así lo dio a entender, por ejemplo, Jaime Durán Barba, en la conversación con Luis Novaresio, ayer, en Más entrevistas.
Además, el líder de La Libertad Avanza hizo todo bien desde el minuto uno en que ganó la elección. Sin perder su esencia, siguió despotricando contra la casta, y repitió, una por una, las frases que lo llevaron a ser el candidato más votado.
Por eso mismo, en la radio, la tele y las redes, muchos declaraban: “yo voté a Patricia Bullrich, yo voté a Rodríguez Larreta; y hasta yo voté a Sergio Massa, pero ahora voy a votar a Milei.”
Es el efecto contagio de candidato angelado. La reacción natural de quiénes no se quieren quedar afuera del nuevo giro de la historia.
¿Patricia Bullrich puede arreglar algo de lo que rompió en varios pedazos durante la interna de Juntos por el Cambio? ¿Puede llegar a seducir a los desencantados que en su momento votaron a Macri y ahora se fueron con Milei? ¿Puede conquistar a los argentinos que el domingo pasado no fueron a votar o votaron en blanco? Todavía no lo sabemos.
El equipo de Patricia reconoce que la interna los perjudicó. Y mucho. Ahora trabaja para ir a buscar el voto que no llegó. En una semana tendrán un estudio que les responderá todas las preguntas que todavía son una incógnita.
Por ejemplo: ¿Cuántos dispuestos a votarla no lo hicieron? ¿Cuántos votos de Milei fueron obtenidos como forma de escarmiento, y están dispuestos a volver a Juntos una vez que se dirimió quién será el candidato a presidente?
En cambio, la situación de Sergio Massa parece más complicada. De hecho, fue el único candidato que no salió a hablar el lunes, después de la derrota. Si lo hacía, tenía que responder, en principio, como fue que los argentinos perdimos, en las últimas 24 horas, cerca del 20 por ciento de nuestro poder adquisitivo. O debía contestar como va a hacer para bajar una inflación que, para agosto, se calcula por encima del 12 o del 13 por ciento.
Cada vez que sube el dólar sube la intención de voto de Milei. Cada vez que se conoce un gravísimo hecho de inseguridad como el asesinato de Morena Domínguez a 70 metros de la puerta de su escuela sube la intención de voto de Patricia, y la de Milei también.
¿Milei es indestructible? No. Pero ya ha demostrado que cada vez que se lo ataca de manera frontal, en vez de debilitarse, se fortalece.
¿Milei tiene la fórmula mágica y las herramientas para sacar a la Argentina del desastre, de un día para el otro? Déjenme ponerlo en duda. En las numerosas oportunidades en que hablé con él, no me quedó claro como lo haría. O cuáles serían las consecuencias de sus decisiones. Tampoco me quedó claro cómo va a hacer para implementar algunas de las leyes que promete, con un parlamento sin mayoría propia y un equipo que no parece tan idóneo como lo vende.
Muchos tienen dudas sobre su equilibrio emocional. Sin embargo, no parece ser un problema en su camino a la presidencia. Cuando alguien lo menciona, los fans del león responden que sus antecesores parecían muy equilibrados, pero, sin embargo, llevaron a la Argentina a esta locura insoportable.
Por Luis Majul