(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 29 de agosto de 2023 en LN+) El plan limosna irrita más de lo que ayuda. Esa es la mala noticia para Massa y también para los argentinos. No hay que tener un coeficiente intelectual de 200 para darse cuenta de cómo le cayó a la mayoría de la gente. Pero la buena noticia es que la misma mayoría se da cuenta de todo. Es decir: que el nuevo platita no es más que un poco de pan para hoy y mucha hambre para la mañana.

Ayer a la tarde, en Constitución, un chico que había votado a Milei, dio al paquete de medidas otra explicación correcta. Y durante la noche, en + Nación, el programa que conducimos junto a Pablo Rossi, el diputado nacional y economista Martín Tetaz rompió la máquina de fabricar billetes en vivo, para que se entienda bien cuál es el plan de Juntos por el Cambio para terminar con la inflación. Terminar con la emisión monetaria y garantizar la independencia del Banco Central.

Ayer, también, Patricia Bullrich y Carlos Melconian estuvieron reunidos, en la casa de la candidata a presidente, durante una hora y media. Acordaron su rol en la campaña y el grado de influencia del economista en el caso de ganar las elecciones.

Melco podría convertirse en el Cavallo de Patricia. Y saldrá a la cancha a confrontar con Javier Milei, quien a partir de este momento se verá obligado a explicar con más detalle algunas de las soluciones que propone para terminar con la inflación.

Ayer, por ejemplo, Diana Mondino dio una pista de cómo el líder de La Libertad Avanza podría gobernar. Anticipó que, en el caso de que la mayoría del congreso no apruebe sus proyectos, solo plebiscitará dos: el de la dolarización y la ley de legalización del aborto. ¿Es correcto y ético llamar a un plebiscito después de que una ley ya fue aprobada? Es una pregunta sencilla que todos deberíamos hacernos.

La otra es si Diana, una exquisita profesora de economía, piensa ganar las elecciones y el debate imponiendo sus ideas o con un poco de chicana y humor cordobés. Ayer, en la Bolsa de Comercio de Córdoba, pidió que no leyeran toda su trayectoria y remató: “Yo no me tiño y lo digo. No me tiño para ser ministro”. Fue un comentario desafortunado. Una chicana que pretendió ser graciosa contra su adversario Melconian.

Mucho mejor estuvo Pablo Alarcón, un enorme actor que tiene que trabajar a la gorra para poder pagar la factura del gas, que el mes pasado alcanzó los 17 mil pesos. Dijo que esta es la peor crisis que vivió en su vida. Peor, incluso, que la de diciembre de 2001.

Por Luis Majul