(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 5 de septiembre de 2023 en LN+) Ayer, un acto que Victoria Villarruel repite casi todos los años, con mayor o menor concurrencia, fue convertido en un acontecimiento popular, por obra y gracia de algunas organizaciones de Derechos Humanos y partidos de la izquierda sin votos.
Creyeron que perjudicaban a la candidata a vice de la Libertad Avanza, pero lo único que hicieron es darle más centralidad a Javier Milei. Incluso los convirtieron en víctimas, cuando uno de sus militantes más violentos, le tiró kerosene en los ojos a Lilia Lemoine, la candidata a diputada nacional y maquilladora del líder libertario.
Patricia Bullrich, quien ayer presentó a sus ministros en las sombras, pareció quedar atrapada en el medio de esa agenda. Enseguida, su equipo de campaña bajó la instrucción de que no atacara a Villarruel ni se la defendiera tampoco, que en la medida de la posible se la ignorara.
Solo el candidato a vicepresidente Luis Petri, en una charla que mantuvimos para nuestra radio, El Observador 107.9, actuó sin especular. Diciendo exactamente lo que piensa: que en la Argentina hay cosas más urgentes para discutir y solucionar.
El presidente Alberto Fernández también le hizo un favor a Milei. Lo puso en el lugar de los negacionistas, una de las cosas que, por lo menos hasta ahora, más irritan al candidato, pero menos votos le quita. También lo irritan a Milei que se metan con su hermana, con sus perros y que especulen sobre su vínculo con Fátima Florez.
Sin embargo, es lo que menos les importa a sus votantes. Como quedó demostrado en las PASO del mes pasado. Como parecen demostrarlo las primeras encuestas que lo dan creciendo entre 5 y 10 puntos, mientras Patricia Bullrich y Sergio Massa permanecerían estancados.
¿Cómo enfrentar a Milei sin catapultarlo hasta la presidencia? La receta de poner a Melconian habría dado sus primeros resultados positivos. Cualquiera que desmenuce con cuidado las respuestas del diputado nacional al economista de Juntos por el Cambio podría hacer dulce de leche, por su falta de precisión y su evidente enojo por el debate que Melconian le propuso.
En una intervención, colocó a Melconian en el lugar de un corrupto por oponerse a su postura de eliminar al Banco Central. En otra, quedó pedaleando cuando José Del Rio, con sutileza, le preguntó, algo que nosotros habíamos planteado en el editorial de La Cornisa: por qué no consideraba casta a los sindicalistas corruptos que se enriquecieron con el esfuerzo de los trabajadores.
Los que esperan que Mauricio Macri juegue todas sus fichas a favor de Patricia y empiece a decir lo que piensa de verdad sobre Milei deberán esperar. En Juntos deshojan la margarita para saber si les conviene para ganar votos, o si solo podría seguir alimentando a un outsider que no para de crecer.
Por Luis Majul