(texto de la columna editorial presentada por Luis Majul el 7 de septiembre de 2023 en LN+) Pasan cosas muy raras en este tramo de la campaña. Por ejemplo: hay gente del círculo rojo que está segura de que Massa trabaja para Milei. Ayer se lo dijo Juan Grabois a Alejandro Fantino.
Y a esa sospecha hay que sumarle la información de Carlos Pagni, quien reveló que una funcionaria de Kicillof integraba la lista de postulantes a diputados provinciales de Milei, y la existencia de una lista de candidatos libertarios apoyada por Gerardo Zamora en Santiago del Estero, que ahora fue borrada del mapa.
¿Massa trabaja para Milei o es Milei el que trabaja para Massa?, se preguntan algunos kirchneristas que, hasta hace algunas horas, sostenían que ambos candidatos se respetaban demasiado. Por evitar que se acrecentaran las sospechas, el ministro salió a pegarle al economista, con el bendito asunto de los perros. Milei le respondió desde X, anticipando que en 2023 la inflación anual alcanzaría por lo menos un 150 por ciento. Pasan cosas demasiado raras.
Por ejemplo, Milei trata de evitar reportajes con periodistas a los que no puede controlar, porque su equipo de campaña detectó que el nivel de contradicciones que están acumulando él y su equipo económico podría poner en peligro una victoria casi segura. Es más: el nivel de ataques personales del entorno más radical de Milei a algunos medios y periodistas hacen aparecer a Néstor Kirchner y a Cristina como unos adalides de la libertad de prensa.
Pero no es en el único campamento donde las papas queman. En el equipo de campaña de Patricia Bullrich sigue deshojando la margarita. ¿Le conviene a la candidata atacar de manera frontal al líder de los libertarios o debe salir a buscar el voto original del Pro, recreando una campaña como la del “Sí se puede”, que le permitió a Macri recuperar 8 puntos entre las PASO y la primera vuelta de 2019?
¿Deben incorporar a Mauricio Macri a la campaña, como una carta ganadora, o deben olvidarse del expresidente, porque cada vez que sale a hablar de la sensación de que le está haciendo un guiño a Milei?
Una duda parecida atraviesa a la campaña de Massa ahora mismo. ¿Debe el ministro de economía cristinizarse más, para asegurar el voto del núcleo duro del kirchnerismo? ¿Debe profundizar el voto del miedo, insistiendo con que si ganan Milei o Bullrich te van a quitar todos tus derechos, o debe aparecer el Sergio Massa más genuino, de derecha, el que desprecia a los chicos grandes de La Cámpora y haría todo lo contrario a lo que viene haciendo con la economía desde que asumió?
Ayer, a las tres y cuarto de la tarde, a los dirigentes más importantes de Unión por la Patria les corrió un frío en el cuello. Fue cuando la Corte Suprema de Justicia desplazó del cargo que estaba ocupando en la Cámara de Casación, de manera irregular, la jueza amiga de Cristina, Ana María Figueroa. La mayoría lo interpretó como el principio del final de Cristina. Debería ser leído como un fuerte mensaje de independencia de todo el sistema político, incluido Javier Milei, si es que los fallos contra los periodistas a los que él demandó no terminan siendo de su agrado.
Por Luis Majul