La victoria de la alianza entre Pro y la Unión Cívica Radical en Marcos Paz, Córdoba, no es un tsunami que prenuncia la victoria de Mauricio Macri en las próximas elecciones presidenciales, pero tampoco debería ser subestimada. De hecho, el dato más relevante de esa elección local no es el triunfo del candidato Pedro Larrosa, sino la señal de que, si el peronismo va a las urnas dividido, podría ser derrotado a nivel nacional, en cualquiera de sus modos. Es decir: en el modo "continuidad con cambio", representado por Daniel Scioli, o en el modo "cambio con continuidad", representado por Sergio Massa. Es que si Macri sigue con esta curva ascendente, ambos podrían llegar a ser vistos, dentro de un tiempo, como una variante del "más de lo mismo" en el imaginario electoral.
Todo lo que pasa desde hace unos meses favorece al jefe de gobierno de la ciudad. El próximo domingo, si no sucede nada raro, aparecerá una encuesta nacional que agitará los peores temores de los dirigentes del PJ. En especial, de los gobernadores e intendentes de la provincia que temen ser víctimas de la política económica del Gobierno y de la fragmentación del movimiento en tres: el sciolismo, el massismo y el cristinismo, o lo que sea que exprese la Presidenta.
Por el contrario, a Macri parecen habérsele alineado todos los planetas. Para empezar, en todas las encuestas serias aparece como el precandidato a presidente que más crece. Estaría primero en Córdoba y Mendoza, y segundo, muy cerca de Hermes Binner, en Santa Fe. Además, según los mismos conteos, estaría repuntando en la provincia de Buenos Aires, aun sin un candidato a gobernador descollante, porque la postulación de María Eugenia Vidal todavía no habría prendido entre los votantes de ese distrito.
"Mauricio está en el mejor momento de la carrera hacia la presidencia", me explicó un consultor con los datos preliminares en la mano. Massa y Scioli están "estancados" o "amasetados", los candidatos de UNEN están perdiendo votos y Macri es el único que, desde junio, viene creciendo, dijo. "¿De una manera explosiva?", le pregunté. "No se trata de un aumento gigantesco, pero sí constante y sin visos de detenerse por ahora." El especialista me dijo que "el dato duro más importante de todos" es que el ex presidente de Boca pareció romper la enorme resistencia que tenía su candidatura entre una parte importante del universo electoral. "A medida que pasa el tiempo, son muchas menos las personas que responden «yo a Macri no lo votaría jamás»", me explicó. Hasta principios de año el rechazo que cosechaba Macri era altísimo. Casi tan alto como el de Carrió o la propia Presidenta. Sin embargo, el prejuicio "anti-Macri" estaría bajando de manera lenta pero sostenida. El otro dato fundamental es que la valoración de su gestión está en niveles muy altos. Quizá los más altos de los últimos años: el apoyo a la gestión de la ciudad supera el 70%", precisó.
El otro elemento que estaría empezando a jugarle a favor a Macri es cierta imagen de "estar siempre en el mismo lado" que los otros precandidatos presidenciales no tienen. "Lo empezaron a valorar hasta quienes no están de acuerdo con lo que dice o con lo que hace. Empezaron a incluir entre las respuestas cualitativas sobre Macri el atributo de la coherencia", afirmó el consultor. Según las encuestas cuyos resultados definitivos todavía se están procesando, Macri ganaría intención de votos a expensas de Massa y de los candidatos de UNEN. "Massa estuvo muy alto en intención de voto antes, durante y después de las últimas elecciones legislativas, porque, más allá de su buena imagen, en ese momento fue visto como el dirigente capaz de ponerle un freno a Cristina. El nuevo problema que le está apareciendo es que Macri es visto como el referente de un cambio más definido y el humor de los argentinos parece estar pidiendo eso: un cambio que no se quede a mitad de camino".
¿Y por qué razón el alcalde porteño le estaría quitando votos a UNEN? "Porque UNEN no tiene un liderazgo definido, y porque Carrió, con su acercamiento dialéctico a Pro, ayuda a generar la sensación de que Macri es más competitivo que cualquier postulante de su fuerza política y que sería la única alternativa que les queda a los decentes para elegir a quienes están cada vez más cansados de ser gobernados por el peronismo en algunas de sus variantes", interpretó.
El especialista no comparte la hipótesis de que Macri no llegaría a la segunda vuelta porque le falta estructura, organización y un partido con fuerza territorial en todo el país, como la UCR. Tampoco cree que sea determinante, para las próximas presidenciales de 2015, un candidato a gobernador con muchos votos. "Las elecciones del año que viene están siendo vistas, por la mayoría de los votantes, como algo muy especial. Como un fin de ciclo que tiene que ser transformado. En todas las respuestas cualitativas, quienes se muestran dispuestos a votar a Macri, o, por lo menos, a no descartar que lo van a hacer, aparece la idea de que habría que dar poder al próximo presidente para que pueda administrar el país sin dificultades", argumentó.
Otro consultor agregó otro dato adicional. "En la boleta electoral de la provincia de Buenos Aires, arriba, y bien grande, está el candidato a presidente, y abajo, bien destacado, el candidato a intendente. Lo que quiero decir es que la boleta va a traccionar hacia arriba y hacia abajo, y quizá no importa tanto el nombre del candidato a gobernador, que va a quedar en el medio".
Hay otras dos señales que indican que a Macri le está yendo mejor de lo que esperaba. Una: los dueños de los grandes medios y las grandes empresas que suelen poner dinero para las campañas lo incluyeron en una grilla que antes sólo ocupaban Massa y Scioli. Y dos: el mismo Macri tarda más en devolver las llamadas de personas a las que antes él mismo buscaba para "cambiar figuritas" o comentar algún asunto de actualidad.
Publicado en La Nación