Fuentes que manejan buena información judicial revelaron a El Cronista que el juez federal Norberto Oyarbide estaría maquinando una jugada magistral: mantener en vilo a la opinión pública con el caso de las escuchas que perjudican al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, para después sobreseer, con sigilo, y en el medio del bullicio de las fiestas, al ex presidente Néstor Kichner en la causa abierta por presunto enriquecimiento ilícito.

–Oyarbide es un verdadero maestro en el manejo de los tiempos y de las causas– me dijo alguien que trabajó con él cuando gobernaba Carlos Menem. De eso no hay duda: incluso llegó a zafar del juicio político al que iba a ser sometido después del escándalo por la presunta protección que le habría brindado a un prostíbulo que conocía muy bien.

La misma fuente se enteró de que Oyarbide habría hablado con el abogado de una de las víctimas de la pinchadura de Ciro James y le habría sugerido que si su cliente declaraba que estaba enemistado con Macri, la causa se apuraría aún más, hasta llegar a su total esclarecimiento. El letrado, en cambio, llamó al ex presidente de Boca Juniors para advertirlo:
–Mauricio: me parece que Oyarbide te quiere perjudicar.

Macri está convencido de que Oyarbide recibe órdenes directas de Néstor Kirchner. Y reconoce que su gran error fue subestimar la feroz interna entre Jorge Fino Palacios, su ex jefe de Policía ahora preso acusado de ordenar escuchas telefónicas ilegales, y Jaime Stiusso, el alto cuadro de la SIDE a quien Gustavo Beliz escrachó cuando mostró su foto ante una cámara de televisión. Stiusso atacaría a Palacios porque estaría convencido de que fue él quien le sugirió a Beliz desenmascararlo. Todavía Macri no comprende cómo el juez Ariel Lijo lo procesó bajo el delito de encubrir el esclarecimiento del atentado contra la AMIA.

–Lijo me dijo cara a cara que Palacios era inocente– juró el jefe de Gobierno ante sus ministros–. No entiendo por qué después lo procesó.

Macri acepta con resignación y una pequeña dosis de humor que el toque pintoresco de la causa de las escuchas tiene mucho que ver con la familia que le tocó en suerte:
–El agujero afectivo de mi hermana Sandra es responsabilidad de mi padre y es más grande que todas las falsas acusaciones que nos hacen. Y Marie France (Peña Luque), la ex esposa de Mariano, lo único que quiere es la plata de mi hermano– le dijo Mauricio a un amigo, en la semana más complicada de toda su gestión.

En sentido contrario a las operaciones kirchneristas, se estaría preparando para salir a la cancha el espía Ciro James. Todavía preso, su abogado habría ofrecido a más de un medio de comunicación un reportaje exclusivo en el que, de acuerdo a la propia evaluación del letrado, perjudicaría, y mucho, al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

El profesional que defiende a James estaría pidiendo dinero a cambio del reportaje. La producción de un programa de televisión le respondió que no pagaba por entrevistas de ese calibre. El abogado, entonces, habría escuchado la oferta de un canal de cable que es del agrado de Kirchner.

Los jueces de la Cámara Federal porteña también sospecharían de los movimientos de Oyarbide. Al considerar prematura su decisión de sobreseer al secretario de Medios, Enrique Pepe Albistur, por presuntas irregularidades en la distribución de la pauta oficial, los camaristas Martín Irurzun, Eduardo Farah y Horacio Cattani le estarían enviando al juez varios mensajes. Uno, muy evidente, es que no está bien darle relevancia mediática a una causa mientras se manda al archivo a otra. Y otro mensaje sería que no deje de investigar a las figuras más importantes del kirchnerismo, incluido su exponente principal. En su momento, los mismos camaristas le llamaron la atención al juez Rodolfo Canicoba Corral para que profundizara la investigación por enriquecimiento ilícito a Néstor Kirchner, por el período que va desde 2004 hasta 2007. Como se sabe, el que debe determinar si el ex jefe de Estado se enriqueció de manera ilegal entre 2007 y 2008 es el propio Oyarbide, aunque, extrañamente, de eso el juez no habla en la puerta de su casa.

Así como hay un clima enrarecido en la calle por los cortes y los piquetes, en Comodoro Py algunos fiscales empiezan a presionar a los jueces para que hagan lo que tienen que hacer en tiempo y forma. Uno de ellos es Gerardo Pollicita, el mismo que hizo lugar a la denuncia de Elisa Carrió por presunta asociación ilícita entre Kirchner, algunos de sus ministros y varios empresarios de la obra pública y el juego, entre otros. En las últimas semanas, Pollicita le solicitó al juez Julián Ercolini más de una docena de medidas de prueba para que a todos les quede en claro que no está conforme ni con el ritmo ni con el manejo de la megacausa. Por otra parte, Elisa Carrió prepara una ampliación de la denuncia, en la que pedirá formalmente a Ercolini que llame a declaración indagatoria a figuras estelares de la política, incluidas a aquellas que fueron testigos presenciales de polémicos hechos que tuvieron lugar desde 2003 hasta este mismo año.

Todo parece indicar que habrá más informaciones para este boletín.

Publicado en El Cronista