Los dirigentes opositores más ambiciosos se están empezando a desperezar. Después de los resonantes triunfos del gobierno comprendieron que si no reaccionan pronto, Néstor Kirchner podría lograr lo que no consiguió Carlos Menem en 2003: ser reelecto en las próximas presidenciales o, en su defecto, transformarse en jefe de la oposición.
¿Están a tiempo, todavía? El miércoles que viene, se empezará a discutir, en el Congreso, la reforma política. Más allá de la cáscara con la que se la presente, si el ex presidente consigue su aprobación, logrará, entre otras cosas:
* Manejar el aparato del PJ para lograr ser el candidato a presidente: las internas abiertas en los partidos para elegir postulantes le darán más fuerza a quienes manejan los fondos del Estado.
* Reglamentar una campaña electoral a su medida, financiada con la plata del Estado y con un tope muy bajo para las inversiones privadas: sus operadores afirman que la última derrota del 28 de junio se debió, entre otras cosas, a la intensa propaganda que Francisco de Narváez desplegó en la provincia de Buenos Aires.
* Plantear un calendario ideal, tal como lo hicieron con las últimas elecciones: el gobierno tendrá entonces la última palabra para decidir cuándo, cómo, y en qué escenario se juega el gran partido.
¿Y cuál será la respuesta de la oposición?
Todavía no hay una sola.
Eduardo Duhalde trabaja para pelear la conducción del Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires. Solo el anuncio, y la fantasía de que él mismo podría ser candidato a presidente, ya genera, en el distrito, algunos movimientos anti K. Son intendentes que todavía necesitan el dinero del Estado nacional para financiar sus planes sociales y de viviendas, pero que esperan una señal concreta del ex presidente para subirse a la lancha de 2010.
El vicepresidente Julio Cobos no aparece en los medios. Sin embargo, parece más activo que nunca. En los últimos días, habló con Mauricio Macri, Duhalde, De Narváez y Gerardo Morales. El encuentro más importante fue con el todavía presidente de la Unión Cívica Radical (UCR). Cobos volvió a manifestar su intención de regresar al partido cuanto antes. Y el senador Morales le repitió su condición innegociable:
- Para eso tenés que renunciar primero a la vicepresidencia.
El mendocino ya está decidido. Solo espera el mejor momento para hacerlo efectivo.
De Narváez ensaya la misma fórmula que le sirvió para ganarle a Kirchner en la provincia: viajar mucho para conectarse con la gente, instalar su figura e incorporar a la agenda temas "propios", como la inseguridad y el ingreso universal para la niñez. La nueva receta tiene dos cambios fundamentales. Uno: la precampaña tendrá como distrito todo el país. Y dos: pondrá sobre la mesa los casos de corrupción más escandalosos, algo que aparece en las encuestas como el motivo de mayor enojo de la sociedad con Kirchner, junto con el delito y la pobreza.
Mauricio Macri está aprendiendo la lección a fuerza de golpes de realidad. Después del espisodio del espía Ciro James, que reveló la falta de profesionalismo al más alto nivel de su gobierno, está convencido de que si no enfrenta a Kirchner ahora mismo, se quedará sin el pan y sin la torta.
- Él ya me elogió como enemigo. Y me va a hacer la vida imposible como se la está haciendo a Cobos con tal de que no sea candidato- le dijo a su mesa chica el viernes pasado, en el medio de la crisis.
Un poco más atrás, pero con la ventaja de conocer al peronismo como la palma de su mano, viene apurando el tranco el diputado nacional electo Felipe Solá. El ex gobernador trabaja para unificar a la oposición en la Cámara de Diputados e impedir, al mismo tiempo, que la transición desde ahora a marzo de 2010, cuando asuman los nuevos legisladores, se transforme en un calvario. O una sucesión de iniciativas kirchneristas parecidas a la Ley de Medios, las facultades delegadas o el Presupuesto Nacional a la medida de la actual administración. Sus encuentros con Elisa Carrió, Ricardo Alfonsín y Carlos Reutemann tienen un doble propósito: trabajar en una agenda parlamentaria conjunta y lanzar un plebiscito para presentarla en sociedad.
Solá tiene buena memoria. Recuerda que Carlos Menem empezó a perder las elecciones de 2003 cuando Duhalde lo amenazó con una consulta popular para preguntarle a la sociedad si quería que el riojano volviera a ser presidente.
- Lo único que es capaz de vencer al aparato y la caja es el voto de la gente- repite Solá frente a cada interlocutor que le habla del inmenso poder que todavía maneja Kirchner.
Publicado en El Cronista