El viernes 4 de setiembre, el gobernador recibió una extraña llamada de uno de los ministros más importantes del Gabinete. Estaba en Comodoro Rivadavia. Más precisamente, en la oficina de Migraciones. Das Neves lucía emocionado. Le acababan de entregar a su madre un diploma en reconocimiento a los cincuenta años de su llegada a la Argentina desde Portugal. Estuvo a punto de lagrimear. Le sucede cada vez que disfruta de un momento intenso. Es algo que aprendió desde que peleó contra el cáncer y le ganó. Su asistente le pasó el teléfono. Le dijo quién era. Y que se trataba de algo muy urgente.
–Tengo que hablar con vos. Lo del otro día fue terrible. Todos nos quedamos muy mal- lo apuró el importante ministro.
–Lo lamento, pero yo no me voy a dejar basurear. Ni como gobernador, ni como peronista, ni como persona. Tengo 58 años y tuve que pelear con cosas más graves que esta.
Se referían a la violenta discusión que habían tenido con Cristina un mes atrás, en el marco de la ronda del diálogo con los partidos políticos. Das Neves, todavía enojado por la incursión de Néstor Kirchner en su provincia, le tiró las carpetas con los asuntos de Chubut sobre la mesa y le propuso, de manera enérgica y tajante, hablar de política. Durante más de una hora se dijeron de todo. Incluso pusieron sobre la mesa asuntos personalísimos que excedían, por mucho, el motivo del encuentro. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quienes oficiaban de anfitriones, no lo podían creer.
El gobernador supuso que, después de semejante episodio, su relación política con Néstor y Cristina no tendría retorno. Por eso se sorprendió tanto cuando escuchó, aquel viernes 4 de setiembre, del otro lado del teléfono, al hombre de Kirchner y la Presidenta decir:
–¿Sabés qué? Estoy de acuerdo con vos. Esto lo tenemos que arreglar. ¿Por qué no nos juntamos cuánto antes?
Das Neves infirió que el ministro pretendía hablar de la postura que adoptarían frente a la Ley de Medios los cinco diputados y los dos senadores nacionales por Chubut. Por las dudas, le dijo al hombre de Néstor lo mismo que dice en público.
–Yo no soy como otros gobernadores. No los llamo a los diputados y los senadores por teléfono y les pido que levanten la mano. Discutimos los proyectos a conciencia. Y ellos votan a favor o en contra de acuerdo a lo que piensan. Si querés saber mi opinión, yo creo que la ley es para los amigos de Telecom (Argentina).
Pero la sorpresa de Das Neves fue mayor después de terminar la conversación. Fue cuando uno de sus colaboradores le dio la noticia de que, por fin, después de tanto tiempo, el gobierno nacional había depositado 6 millones y medio de pesos correspondientes al Plan Federal de Viviendas.
–¡Estos tipos no entienden nada! ¡Están tan desesperados, son tan burdos!- se lo oyó vociferar ante sus hombres de confianza.
Das Neves, quien se postula como uno de los candidatos a Presidente para 2011, se jacta de conocer muy bien al matrimonio presidencial.
Él cree que la cifra que el Estado nacional acababa de enviar esconde un mensaje cifrado.
–Es como decirle: si te portás bien y sale todo como pretendemos, después te mandamos más, o te cancelamos todo- interpretó un asesor cercano al mandatario provincial.
El gobernador ya les mandó a decir que su posición no cambiará por el envío de esa partida.
Que, como siempre, apoyará las leyes que sirvan para garantizar la gobernabilidad pero no para consentir los caprichos de Néstor Kirchner.
Volvió a aclarar que los legisladores de la provincia no son títeres.
Y pidió que le recuerden a la Presidenta lo que le dijo en el medio de los gritos de ambos, aquella tarde, en la Casa de Gobierno: que abandone su obsesión contra Clarín, y se ocupe de temas más urgentes como la pobreza, la inseguridad y las tarifas de luz y de gas.
–Si convalidan los aumentos, la reacción de la gente va a ser peor que con las retenciones al campo- insistió.
Los votos de cada uno de los legisladores por Chubut son claves para el destino de la ley. Los cinco diputados nacionales, Juan Mario Pais, Eva García de Moreno, Manuel Morejón, Rosa Chiquichano y Nancy González todavía no se pronunciaron. Es posible que por lo menos tres de ellos lo hagan en sintonía con el rechazo que plantea Das Neves. Y de los dos senadores nacionales, Silvia Giusti y Marcelo Guinle, la primera votaría en contra del proyecto K y Guinle todavía lo está pensando.
–En Diputados la ley pasa sin problemas. Pero en el Senado, cada voto vale el precio que cada senador le quiera poner. Kirchner se juega la vida: el tiempo que le queda al Gobierno y a su propia supervivencia política- analizó alguien que estuvo al tanto del gesto de Kichner hacia su adversario patagónico.
Ya fueron por el senador Carlos Menem y no les resultó. Acaban de tantear a Das Neves y, hasta donde se sabe, les estaría saliendo el tiro por la culata.
Desde el momento en que confirmó el dato del pago, El Cronista intentó hablar con Guinle para saber qué piensa sobre la Ley de Medios K. Los asesores del senador agradecieron el interés, pero el hombre, una de las llaves que podría abrir la puerta del nuevo paraíso de Kirchner, todavía no abrió la boca.
Publicado en El Cronista
Ley de Medios: El Gobierno ofrece plata por votos
- Detalles
- Escrito por Luis Majul