(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Si a alguien le quedaba alguna duda, esta semana se terminó de confirmar: la ex presidenta Cristina Fernández trabaja para su sucesor, Mauricio Macri. De otra manera no se entiende porqué instruyó a sus incondicionales para que le negaran al ex ministro Florencio Randazzo la posibilidad de enfrentarla en las PASO. Si es verdad que le gana caminando, ¿por qué no lo enfrenta y lo saca de la cancha a puro voto? Si en realidad lo que no quiere es despeinarse por enfrentar al que, según el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, era un "simple empleado" de la ex presidenta, ¿por qué arma semejante movida para impedir la interna? ¿No se da cuenta que así lo único que hace es agrandar la figura de "El Flaco"? ¿Carece de sensibilidad política como para prever que, al ningunearlo, lo único que provoca es una considerable fuga de votos no solo de los anticristinistas sino de los peronistas desencantados con su "estilo de conducción"?.
"El problema es que no solo se está perjudicando ella. El mayor costo de sus decisiones lo está pagando el resto del peronismo racional. Y el principal beneficiario de su movida ni siquiera será Randazzo, sino (Mauricio) Macri, (María Eugenia) Vidal y todo el gobierno de Cambiemos", me dijo un gobernador que hace tiempo de marchó del Frente para la Victoria.
Cristina ya se había equivocado, y mal, con Randazzo, cuando creyó que él terminaría aceptando ser candidato a gobernador y no a presidente en 2015. Se volvió a equivocar al ungir a Aníbal Fernández como su preferido para gobernador de la provincia y a Carlos Zannini como el postulante a vice capaz de controlar a Daniel Scioli. Y ahora podría volver a enterrarse si finalmente le niega a Randazzo las PASO, se presenta como candidata a senadora o diputada nacional, y permite que se le cuelguen de su polleras una lista de impresentables que incluye a Fernando Esteche, de Quebracho; Luis Delía, de MILES, y una decena de dirigentes dignos de ser considerados miembros de un Tren Fantasma, más que de una organización política.
Esto será, a los efectos prácticos, la mejor manera de fragmentar a la oposición en tres grandes "pedazos". Uno, representados por el frente 1País, de Sergio Massa y Margarita Stolbizer; otro, por el Frente Ciudadano para la Victoria y un tercero liderado por Randazzo, bajo la lista Cumplir.
A pesar de sus ínfulas y su enorme autoestima, Cristina no parece entender nada de construcción política propiamente dicha, algo que a Néstor le sobraba. Ella anduvo diciendo que Randazzo no le va a quitar votos a su probable candidatura sino a sectores que podrían votar por Cambiemos o por Massa y Margarita Stolbizer. Se trata de una lectura parecida a la que hizo Aníbal antes de perder estrepitosamente contra Vidal. Lo que en el fondo Cristina no puede ver, es que su techo de votos está cada vez más acotado, y que las alianzas y los vínculos que mantiene, además de quitarle votos por derecha, la hará perder una buena parte de los electores peronistas que hoy se sienten mejor representados por Randazzo. Los mismos votos que Julián Dominguez obtuvo en primera vuelta y que después no llegaron hasta la candidatura de Aníbal Fernández.
Cómo sea, además de las consecuencias de sus malas decisiones, Cristina estará soportando dos problemas no menores. Una es la presión constante de su propio hijo Máximo, quien a su vez es presionado por sus compañeros de La Cámpora que necesitan la postulación de la ex presidenta para que sus carreras políticas no se evaporen en cuestión de semanas. Y el otro es su situación procesal, que se pondrá todavía más difícil de acá al cierre de listas y aún más durante la campaña electoral.
¿Qué tipo de campaña podría hacer una ex jefa de Estado acusada de ser la jefa de una asociación ilícita para robarle miles de millones de pesos al Estado que ella juró defender? ¿Cómo va a responder a su procesamiento por lavado de dinero agravado, administración fraudulenta y las consecuencias de las causas por la muerte del fiscal Alberto Nisman y su responsabilidad en la firma del memorándum de entendimiento con Irán, que incluyó la protección a ex funcionarios acusados del atentado contra la AMIA? Lo único que hasta ahora evitó su llegada a la cárcel es la parsimonia de fiscales y jueces para firmar la sentencia condenatoria. Pero en Comodoro Py nadie duda que Cristina Fernández es responsable de múltiples y graves delitos, y que la pérdida de su libertad es solo una cuestión de tiempo. Una nueva derrota electoral, con ella misma como la principal protagonista ¿aceleraría o retardaría su camino a la prisión? Randazzo cree que Cristina va por el camino del ex presidente Carlos Menem, pero que, al riojano, el sistema político y el peronismo le tuvieron alguna contemplación, porque era menos malo y vengativo. El ex ministro augura que el peronismo nunca le perdonará haberlos llevado a la derrota contra Macri y haber perdido el poder de la manera en que se lo hizo.