Como usted se refirió a mi trabajo cuando escribió en su cuenta de twitter que el audio de voz privado que el fiscal Marijuán le envió a una productora de mi programa de radio era la “prueba irrefutable de la Asociación ilícita entre el Partido Judicial y el Periodismo de Guerra”, yo me voy a tomar la libertad de hacerle unas pocas preguntas ya que nunca concede entrevistas a periodistas críticos y profesionales.

Las preguntas son sencillas:
¿Qué le pasa?
¿Qué le pasó, señora expresidenta?
¿En qué se transformó, señora Cristina Fernandez de Kirchner?
¿Cómo fue que terminó así, con semejante grado de desesperación, usando audios de conversaciones privadas entre un fiscal y una productora para ver si puede zafar de su futura indagatoria, procesamiento, condena y, quizá, la mismísima prisión?
¿Era necesario valerse de un audio con olor a servicio y pinchadura de teléfono para victimizarse y alegar persecusión?
¿Por qué motivo viene cayendo tan bajo?
¿No le parece, por ejemplo, un engaño a la militancia honesta decir que la marcha de la resistencia es contra el ajuste y a favor del trabajo, cuando la verdad es que fue impulsada para evitar que usted vaya a la cárcel durante los próximos meses?

Es decir:
¿Para qué enmascarar de reclamo colectivo algo que tiene un interés personalísimo y que no es otro que el suyo?
Insisto: ¿qué le sucedió?
¿Cómo fue que pasó del enorme capital político del 54 por ciento de los votos a la jefa de una patrulla perdida, integrada por el eterno sospechado de servicio y líder de Quebracho, Fernando Esteche, el sospechado de antisemita, Luis Delía, su vicepresidente amigo de la ajeno, Amado Boudou, el compadrito, solo de pico, Guillermo Moreno y la desquiciada presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini?
Antes pare defenderla desde los medios, tenía voceros, pagos o no, pero con los que, al menos, se podía conversar y disentir.
¿No le parece triste que ahora sus gladiadores mediáticos sean los pseudoperiodistas impresentables del canal de Cristóbal López, el empresario amigo suyo y de Néstor, imputado por dejar de pagar impuestos por 1.200 millones de dólares y sospechado de insolvencia fraudulenta, igual que usted?
¿Qué fue lo que le pasó, entre una cosa y la otra?
¿Cuándo comenzó la mutación entre la Presidenta que iba a elevar la calidad institucional de la Argentina a esta mujer llena de resentimiento, que se dedicó a perseguir a jueces, periodistas, sindicalistas, dirigentes de la oposición y empresarios y ahora no se banca ni siquiera que la justicia la investigue?

Nosotros, en La Cornisa, no hacemos periodismo de guerra.
Hacemos periodismo de investigación y de precisión.
Nos podemos equivocar, por supuesto.
Pero no sabemos trabajar con otra cosa que no sean datos.
Informaciones comprobables.
Expedientes judiciales.
Consideraciones de fuentes a las que estimamos creíbles.

A propósito:
¿Es consciente, señora, de su verdadera situación judicial?
Sus abogados, por ejemplo, le leyeron completo el pedido de indagatoria del fiscal Marijuán?
Porque es, desde el punto de vista de le técnica procesal, impecable.
Y cuando en el audio privado que hicieron público sus perritos falderos y sus buchones del inframundo de los servicios de inteligencia el fiscal explicó que, con el pedido de indagatoria, la pone a usted “al borde de la detención”, no está mintiendo.
No está exagerando.
Al contrario.
Está siendo muy detallista y explícito.
Está diciendo que como ya está procesada y el delito de encubrimiento por el que la está imputando conlleva otro delito como es el de entorpecer la investigación, la justicia tendría causales para detenerla.

De hecho ¿No le parece suficientemente grave el pedido de Marijuán prohibirle la salida del país?
Le pregunto también, señora expresidenta.
¿Usted de verdad, cree que está por encima de los jueces y los mortales?
Porque cederle las propiedades y el dinero en efectivo a sus hijos Máximo y Florencia en el medio de un embargo pedido por el juez Bonadío la coloca al borde de una imputación por insolvencia fraudulenta.
¿No se lo dijo, su asesor en las sombras, el ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni?
¿No se lo explicó el abogado que comparte con Cristóbal López, el doctor Carlos Beraldi?
¿No se lo sugirió, entre grito y grito, su representante el doctor Gregorio Dalbón?
A propósito de Dalbón.
¿No considera, señora expresidenta, la contratación de este profesional, otro síntoma de su desesperación, decadencia y pérdida del freno inhibitorio?
¿No consiguió, en toda la matrícula, y con los recursos de que dispone a otro más prestigioso y un poco más respetado?
Y de paso aprovecho para preguntarle.
¿En serio, mientras juega a las escondidas con su patrimonio embargado para que nadie le toque un peso, pretende sacarle plata a Margarita Stolbizer, una de las dirigentes más austeras y mejor vistas de la Argentina?
¿En serio pretende hacerle a Margarita lo mismo que Aníbal Fernandez, con el asesoramiento del mismo Dalbón, pretende hacernos a Lanata, a Leuco, a Nico Wiñazki y a mí?
¿Usted, con toda la que acumuló, de verdad, necesita de los pocos pesos que le pueda birlar de Margarita?

Señora expresidenta.
Se que no soy nadie para darle consejos.
Pero como la conozco desde hace tantos años, permítame que le haga una sugerencia: ya que está tan complicada a nivel judicial y político, nivel político, tenga por lo menos la delicadeza de no seguir comprometiendo a sus hijos en semejante balurdo patrimonial.

Quizá ya sea demasiado tarde en el caso de Máximo. Pero trata de evitar, siempre que todavía pueda, enredar también a Florencia en sus vericuetos de Comodoro Py.
El haber trasladado sus propios millones de dólares a su caja de seguridad de su hija, como diría usted misma, fue too much.
Si necesita esconder su patrimonio, piense en otra cosa.
Antes de despedirme quisiera hacerle otra pregunta que no deja de darme vueltas en la cabeza desde que usted se negó a entregarle los atributos del mando al nuevo presidente Mauricio Macri.

¿Es consciente, señora expresidenta de que si usted no condena, de manera explícita, las agresiones a su sucesor, las amenazas a María Eugenia Vidal, los hechos de violencia de Mar del Plata, las alertas de bomba y otros episodios de fuerza, lo que está haciendo, de verdad, es enviando una señal a sus militantes para que continúen los ataques?
¿Se da cuenta, Cristina Fernández, que cada día que pasa, gran parte del país está más convencida que detrás de la patrulla perdida de descolgados que repudian la democracia y operan para que Macri no termine en tiempo y forma estaría usted, y nada más que usted?

Solo espero que su deshilachamiento político no la termine transformando en la líder de una organización destituyente, como usted calificaba a cualquier intento de no darle la razón en todo.

Editorial de Luis Majul en La Cornisa TV - 28 de agosto de 2016