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Al gobierno de Mauricio Macri, más que comunicación, le falta política. Tres o cuatro ejemplos van a servir para ilustrar e argumento. El viernes pasado, César Milani fue detenido acusado de torturar, haber desparecido y probablemente matar a integrantes de una familia perseguida por la dictadura. El dato pega en el corazón de uno de los capitales simbólicos más importantes del cristinismo: la política de derechos humanos. No hay manera de justificar sin parecer un cínico o un hipócrita o una mala persona, como fue que la expresidente lo nombró Comandante en jefe del ejército. Tenés que ser Juan Cabandié, quien en vez de llamarse a silencio pidió celebrar su detención. O Guillermo Moreno, que podría mentir hasta el infinito, sin hacerle asco a nada: ni a la negación de las estadísticas oficiales ni a la subestimación el plan criminal sistemático de la dictadura.

El Presidente no tiene un pequeño problema de comunicación. Tiene un problema mucho más grave, complejo, profundo y abarcativo. Tiene un problema político. Y uno de los grandes. Uno de esos que aparecen cada tanto y amenazan con destruir su base electoral.

La polémica por el acuerdo entre el gobierno nacional y el grupo Macri, por la deuda que esa empresa mantenía con relación a la privatización del Correo, se mantiene y parece crecer día a día. Por ese motivo, para tratar de aclarar cualquier duda a nivel legal, el equipo de Majul910 dialogó con Gregorio Badeni, que es un destacado abogado constitucionalista.

El actual embajador argentino en Ecuador y ex senador por Córdoba, Luis Juez, dialogó hoy con el equipo de Majul910. Locuaz y directo como siempre, desde aquel país el dirigente ofreció su opinión sobre algunos temas que son noticia en estos días y que han generado gran repercusión. Sobre el acuerdo entre el gobierno y Socma (de la familia Macri) por la deuda por el Correo Argentino, dijo: "lo veo mal". Acerca de la situación económica del país señaló que "hay gente que la está pasando mal y lo tenemos que decir". Por último, también se refirió a las elecciones de 2017: "hay muchas viudas de Néstor Kirchner".

Pocas cosas en su vida afectaron más a Cristina Fernández como la difusión del audio de la conversación con Oscar Parrilli. Ella lo sabe, y por eso trata de cambiar el eje de la discusión.

En el submundo de los espías, las pinchaduras de teléfonos y las filtraciones son un secreto a voces: Cristina Fernández maneja una organización paralela de inteligencia destinada a ensuciar a dirigentes y periodistas que se atrevieron a denunciarla. Una célula residual. Un resabio del enorme y aceitado aparato que manejaba cuando todavía era jefa de Estado. De hecho, a poco de asumir, los nuevos funcionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) le informaron al Presidente que los muchachos de Oscar Parrilli se habían llevado la CPU con las "carpetas digitales" de decenas de miles de empresarios, sindicalistas, fiscales, jueces, dueños de medios y periodistas y otros personajes "influyentes". ¿Con qué intención se las robaron? Para "vender los datos" o usarlos de ariete en operaciones. Esta, y no otra, es la verdadera razón por la que la ex presidenta y el propio Parrilli ahora denuncian que hay un plan para espiarlos y perseguirlos a ellos. Están probando de su propia medicina. Sólo que ésta tiene un origen legal y la de ellos era non sancta.

El lunes 6 de febrero el sindicato de docentes de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA) mantuvo una reunión con el gobierno de la provincia para definir aumentos salariales antes del comienzo de clases. Sin embargo, el encuentro no fue exitoso; porque la propuesta gubernamental estaba bastante lejos de la solicitud sindical (el ofrecimiento es de 18 por ciento y la solicitud de 35). En diálogo con el equipo de Majul910, Hernán Lacunza, ministro de Economía de la provincia, expuso la posición de la gestión y las órdenes que recibió de la gobernadora Vidal, quien anunció que piensa descontar los días de paro si no se llega a un acuerdo.

El juez Ariel Lijo procesó a Oscar Parrilli por el posible encubrimiento de Ibar Pérez Corradi. Según se informa hoy en varios medios: "El juez federal Ariel Lijo cree que el ex director de la Agencia Federal de Inteligencia tenía datos precisos de la ubicación del empresario señalado como el autor intelectual del Triple Crimen y no hizo nada para detenerlo" En julio de 2016, en #LaCornisa en exclusiva se reveló que el ex jefe de la AFI ocultó información para evitar capturar al prófugo más buscado de la Argentina. Programa completo: 

A Cambiemos y al Presidente Mauricio Macri la sociedad, en general, le exige más que lo que le pedía a Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Por eso, la foto de Juliana Awada junto a Antonia subiendo al helicóptero presidencial para regresar de Punta del Este genera más controversia que la que disparó, en su momento, el escandaloso dato de que los Kirchner se hacían llevar los diarios desde Buenos Aires hasta Río Gallegos o El Calafate con el Tango 01.

Ya es insuficiente decir que el gobierno de Mauricio Macri se la pasa cometiendo errores "no forzados". Lo que parece faltarles a la administración y también al Presidente es la cuota mínima de sensibilidad política. De otra manera, no se explica cómo a nadie se le ocurrió que, al quitarle al 24 de marzo su carácter de feriado inamovible, iba a herir la sensibilidad no sólo de Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Cristina Fernández de Kirchner y de muchas organizaciones políticas. También de dirigentes como Graciela Fernández Meijide y amplios sectores de la militancia y la población que incluso votaron por Cambiemos, pero que al mismo tiempo repudian con energía y recuerdan con tristeza los estragos de la dictadura militar. Desde los radicales que integran el Gobierno hasta las organizaciones de izquierda que desprecian y levantan la voz contra la megacorrupción perpetrada entre los años 2003 y 2015.