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Por más que el presidente lo repita hasta el hartazgo, él y Cristina Fernández no son lo mismo. Ni piensan igual. Ni persiguen los mismos intereses. Es más: cada vez que Alberto Fernández declara “somos lo mismo”, genera más desconfianza y resquemores, dentro y fuera del gobierno. Y todo el mundo se prepara para la próxima batalla en la interna de Palacio. Sus palabras tienen el mismo efecto que cuando dice: “no vamos a devaluar”. Los ahorristas escuchan lo contrario. Se preparan para lo peor. Pero el presidente y la vice no son iguales. Y nunca lo serán.

En la emisión de hoy del programa La Cornisa por la señal La Nación Más, Luis Majul presentó una columna editorial con el siguiente título: "Alberto Fernández, ¿atrapado sin salida?". A continuación el video completo:

Hoy Marcelo Bonelli escribió que el gobierno va a cambiar el rumbo de la política económica. Afirmó, palabra más, palabra menos, que Martín Guzmán va a ir deshaciendo los cepitos, los cepos y los cepones que fue implementando el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. El Presidente terminó de emponderar a Guzmán por sugerencia de Sergio Massa y de Máximo Kirchner y de Cristina Fernández.

Cuando a los gobiernos populistas se les acaba la plata y peligra el relato, empiezan a atacar a los medios y a los periodistas, porque temen que sigan empeñados en hacer su trabajo y que se sepa la verdad. Pero la realidad tarde o temprano siempre se impone.

Ayer a la mañana, ante el coloquio de IDEA, el presidente Alberto Fernández prometió que nunca va a devaluar ni tomar dólares de la caja de ahorro de los bancos. Durante la noche, en Intratables, el programa de América TV, que a veces se usa para hacer operaciones a pedido de uno de sus dueños, Miriam Lewin aseguró que el NODIO no “van a ser informes contra Lanata, Diego Leuco o Baby” Etchecopar. Pero la palabra de los funcionarios de gobierno está tan devaluada desde que la nueva administración asumió, que este tipo de aclaraciones termina por generar más desconfianza todavía.

El gobierno y el peronismo, en general, tienen un serio problema de percepción. Ayer lo confirmó el presidente, Alberto Fernández, en la entrevista que le concedió a C5N. Confunden las marchas y los banderazos con operaciones de la oposición para “exacerbar el odio”. Amplifican hasta transformarlo en el eje de la cuestión el hecho de que Clarín haya publicado, como punto de encuentro de las manifestaciones, la esquina de la casa de Cristina Fernández. Se autoperciben, a sí mismos, como un todo, el pueblo, lo nacional y popular, sin tener en cuenta que, hasta el año pasado, había un 41 por ciento de argentinos que no los habían votado.

Ayer, mientras se terminaban de apagar los ecos de la marcha más contundente contra el nuevo gobierno desde que asumió, el expresidente hizo, ante Joaquín Morales Solá, algo muy audaz y casi prohibido en la política argentina: una fuerte autocrítica.

Entre las presiones de Cristina Fernández y Máximo Kirchner para cambiar a medio gabinete, incluido parte del equipo económico, y las dudas sobre quiénes deberían reemplazarlos, por ahora se viene imponiendo el plan Vamos Viendo.

La columna editorial de hoy de Luis Majul en la emisión del programa La Cornisa por la señal La Nación Más: "Sin Cristina Kirchner no podían ganar, con Cristina Kirchner no se puede gobernar". A continuación el video completo:

Para explicar el pacto que hizo con la vicepresidenta, Alberto Fernández acuñó el siguiente razonamiento: “Con Cristina sola no se puede (ganar) pero sin Cristina tampoco”. Después, vino la jugada electoral perfecta: el anuncio de la expresidenta y la unción de Alberto como presidente. Entonces volvieron. Y ahora se sabe que volvieron peores.