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Son los campeones de la simulación y la ventajita. Juegan a varias bandas, y a distintos deportes a la vez, pero sin respetar las reglas. Se trata de los principales dirigentes del Frente de Todos. Los mismos que, a través de la tramoya de mayo de 2019, la misma con la que lograron volver al poder, van en busca de un nuevo triunfo electoral; una victoria que les permita llevarse puesto todo. Ayer, lograron que la mesa directiva de Juntos por el Cambio, casi completa, se reuniera vía zoom, de urgencia, para tratar de evitar que el oficialismo imponga al jefe de los fiscales que pretende Cristina Fernández.

A continuación el video de la columna editorial de hoy de Luis Majul en la emisión del programa La Cornisa por la señal La Nación Más: "Las preguntas que el Gobierno no puede responder".

No se puede vivir así como vive Alberto Fernández. Cada minuto de su vida tratando de eludir el fuego amigo de Cristina, los chicos grandes de la Cámpora y gente tan agresiva como Máximo Kirchner, Hebe de Bonafini y Juan Grabois. No se puede vivir pidiéndole al mundo que lo defienda de su propia vicepresidenta. No, mientras la pandemia hace estragos en la Argentina, país que se encuentra en el top ten de fallecidos desde que todo comenzó, y que alcanzará los 70 mil muertos este fin de semana.

En el medio de tanto ruido y angustia, dos personas muy distintas, aportaron claridad en las últimas horas de ayer. Una es, una vez más, el periodista Joaquín Morales Solá. Lo hizo al explicar con sencillez pero con altura, en su columna del diario La Nación, porqué el gobierno, con Alberto Fernández a la cabeza, quiere pasar por encima de la Constitución a través de una ley defectuosa y volver al “vamos por todo”.

La contracara de Miguel Lifschitz, quien murió en Rosario, a los 65 años, sin colarse en la fila de los vacunados, no es Mauricio Macri, quien se acaba de inocular en Miami, sino Carlos Zannini. El procurador del Tesoro, jefe de todos los abogados del estado, no solo se robó una dosis para él y otra para su esposa. Además se hizo pasar por médico, pretende que las escuelas porteñas cierren sus puertas y trabaja para el mal. O mejor dicho: para complacer a su jefa, Cristina Fernández, que no es lo mismo, pero es igual.

Alberto Fernández dejó de ser presidente. Y Axel Kicillof ni siquiera empezó a gobernar. A la primera afirmación la hizo Elisa Carrió, durante el primer tramo del programa de José del Río, Comunidad de Negocios, que ayer, su conductor, me invitó a compartir. A la segunda, la había realizado un poco antes María Eugenia Vidal, en una entrevista mano a mano, que empezó a las 20:45 y terminó a las 21:30 aproximadamente. En este contexto tan particular, ambas están desplegando características parecidas.

A continuación video de la columna editorial de hoy de Luis Majul en La Cornisa por la señal La Nación Más: "Paren de robar, dejen de pelear y arreglen el desastre".

Hay, en el gobierno, otra interna silenciosa, más allá de los ataques de la vice Cristina Fernández al ministro de Economía, Martín Guzmán. Es la que enfrenta al presidente con Sergio Berni, el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires siempre listo para visitar los programas de televisión, pero de una ineficiencia, pavorosa, a la hora de combatir la inseguridad y el narcotráfico.

(Columna publicada en Diario La Nación) Cada tanto, la vicepresidente da un “golpe” nuevo. Como desde que asumió, ella perpetró varios, Daniel Sabsay los suele definir como “microgolpes”. El constitucionalista define sucesivos “microgolpes” a los ataques que Cristina Fernández suele propinar contra los miembros de la Corte; el procurador interino, Eduardo Casal; contra fiscales como Stornelli, o jueces como Julián Ercolini, y periodistas como Daniel Santoro.

“Cuánto más unidos decimos que somos, más separados estamos”. La confesión de un intendente oficialista del primer cordón del conurbano bonaerense, que todavía se referencia en el presidente pero que cada día se manifiesta más desencantado sobre su conducta, es todo un síntoma de cómo están las cosas en el Frente de Todos. El intendente sostiene que en las últimas horas Alberto Fernández le hizo llegar a Cristina un mensaje inquietante. “Hasta aquí llegué. No estoy dispuesto a ceder ni un centímetro más”, dice el intendente que le habría dicho el jefe de Estado a la vice.